Editorial N°35

Forjar una conciencia en función patriótica, revolucionaria de clase por cambiar el estado de cosas en el Estado panameño toma mayor fuerza, cuando observamos como sociedad como se ha disparado el maleficio de la corrupción, la inseguridad pública, el hambre y la miseria que en ocasiones hay que recurrir a la filantropía para atender las necesidades del pueblo, mientras que políticos corruptos se alzan con el erario público sin que se le castigue por sus actos delictivos.

Los trabajadores ni el pueblo es responsable del desastre moral en que está inmerso la sociedad panameña, solo en observar la audiencia en que convictos confesos de Odebrecht delatan bajo compromiso con el Ministerio Público a los malos panameños que se aprovecharon de las coimas millonarias por obras públicas del Estado. Sabemos que no todo está dicho y no todo está concluido, aún falta información, porque los hilos del poder obstruyen revelar mucho más el engranaje de la corrupción panameña, pareciese que los aparatos ideológico del estado pretenden inculcar en nuestra cultura él juega vivo, el dinero fácil, que no vale sacrificarse por trabajo para obtener los bienes y servicios de consumo.

Contra esa cultura lucharemos y lucharemos por una cultura basada en la producción social y colectiva, en el trabajo honesto digno por construir una nueva patria y no la que nos está heredando los partidos políticos. El desastre institucional y moral del Estado panameño los único responsables son los partidos políticos, porque son ellos los que detentan el poder político, son ellos los que cuentan con los diputados que hacen leyes a favor de los intereses del poder económico, son ellos los que colocan los jueces y magistrados en el órgano judicial, son ellos los que tiene los embajadores y cónsules, son ellos los que dominan y controlan la producción y ponen los precios, son ellos los que imponen a los directores de la Caja de Seguros Social y a los directivos del Canal, son ellos los corruptos y
quienes fomentan la corrupción, no somos los trabajadores ni el pueblo.

Para la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, nuestro compromiso es luchar junto a otros sectores sociales, populares y de la comunidad para hacer un golpe de timón hacia una transformación profunda de la institucionalidad pública y democrática del país, que beneficie solo al pueblo y no una casta social oligárquica que está al servicio de los intereses foráneos y no a los intereses nacionales. Este es el mejor tributo que la clase obrera de la CNTP hace a los 196 años de ese gran grito de independencia y de autodeterminación que logramos de Panamá de la colonia española, utopía hecha realdad y en ella nos inspiramos

¡Con lucha y unidad, la victoria se hará!
Panamá, 10 de Noviembre de 2017

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