La desidia del gobierno de Ricardo Martinelli, por no querer solucionar la catástrofe que viven los usuarios del transporte colectivo es insoportable, el cual está siendo conducido por una empresa transnacional, que no llena las expectativas propuesta por el propio contrato suscrito con el Estado, en donde esta Empresa mantiene a la población bajo el caos y el estrés, auspiciada por las autoridades del gobierno, que hacen caso omiso a lo que en verdad desea el pueblo, una solución a la mayor brevedad posible y permanente.
Hace algunos meses atrás, el gobierno había manifestado, que si no se cumplía con lo establecido, iba a prescindir del contrato, al final, como todos nos los imaginábamos, no fue así, fueron más complacientes, a pesar de comprobar efectivamente, la mala administración de la Empresa MI BUS.
La población panameña sigue teniendo grandes dificultades para la espera del transporte colectivo, ya que las frecuencias de los troncales son escasas, ya que la administración, a través de sus inspectores o supervisores, prefieren mil veces, los buses en TRANSITO que los de ruta y estos últimos que son esperados por los usuarios llegan entre 45 minutos a una hora para su abordaje, fuera del estrepitoso tranque que hay que soportar a diario, para poder llegar a su destino, cualquiera que fue.
Ahora bien, en anteriores escritos hemos manifestados algunas recomendaciones que creemos pueden ser aceptables para su buen funcionamiento y mejoramiento, para la espera de la frecuencia de los troncales, incluso efectiva, ya que, tendría varias opciones para los usuarios y la propia Empresa, seria favorecida por estas medidas a tomar.
Troncales Permanentes:
Aunque la Empresa no lo acepte, es la medida más efectiva que puede a ver, dado a que la misma tendría que mantener en las diferentes rutas estos tipos de troncales y no tendría problemas con su frecuencia, ya que constantemente estarían en funcionamiento sin tener que tomar otras rutas. Cuál puede ser la oposición de la empresa al respecto, es que el chofer (operador) como efectuaría el cambio, es sencillo, designarle la cantidad de vueltas en la frecuencia, para luego realizar el cambio de turno, sería la manera correcta de poder lograr con mayor efectiva las frecuencias en los troncales.
Troncales específicos:
Con esta ruta especial dentro del recorrido en las troncales designada (rutas normales) es como si fuera un expreso, se ubicaría paradas especificas dentro de la propia rutas y no se estacionaria por todos lados como lo hacen las troncales designadas (rutas normales).
Así el usuario tendría varias opciones para poder llegar a su destino más rápido, fuera de la ruta del corredor, que se mantendría como otra opción más ágil y serian clasificadas las paradas en la ruta específica.
Troncales en tránsito:
Esta designación que mantiene la Empresa como opción primordial el cual es, la que tiene el caos en las diferente rutas, solo se debe utilizar en caso que hiciera falta dentro de cualquier troncal, para suplir la necesidad en el instante, no a manera de designación o ubicación del troncal, en la que debe clasificar el inspector o supervisor.
En este sentido, esto debería ayudar aliviar las deficiencias en las rutas y a minimizar la poca frecuencia del transporte, cosa que no está realizando por la mala administración que mantiene la Empresa.
Es claro entonces, que a pesar de tener una gran cantidad de buses la Empresa MI BUS, sino se hacen los correctivos en la administración y el manejo de la distribución de la rotación de las diferentes rutas, seguirá el caos y la desesperación en la población que necesita el uso del transporte.
Le exigimos al gobierno que realice el máximo esfuerzo en mejorar el transporte colectivo que hoy está en manos del capital privado, específicamente en una transnacional, que acosta de nuestros impuestos (subsidio) está teniendo ganancias y esta no hace ningún cambio al respecto para mejorar, es hora ya que, el gobierno deje la política a un lado y cumpla con su promesa de campaña y deje de estar mintiendo al pueblo y haga el trabajo como debe hacerse, sin demagogia e hipocresía.
Por: Fernando Rangel.
