La ruta de los inocentes

Por: Moisés Pinzón Martínez

edificio-remodelado-nueva-sede-prd_medima20130923_0081_20[1]Ante la situación creada en el Partido más numeroso del país, el que en distintos periodos, aun no siendo gobierno, ha mantenido su membrecía, indicando una sólida aceptación de sus postulados en la sociedad panameña, es deber de los torrijistas por las transformaciones que la población exige, por una justa distribución de la riqueza entre todos los panameños, comprometernos con las reformas que son necesarias para salvar este baluarte del desarrollo de la sociedad panameña.

La democracia que nos enseñara Omar Torrijos quedó plasmada en los Estatutos del PRD cuando fue fundado el 3 de octubre de 1979. Por razones de su desaparición física, esta organización fue relegada por muchos años a un segundo plano. Luego de la invasión, el PRD logra enseñarle al pueblo panameño que los partidos políticos no son de un millonario (como era antes de 1968), creando las condiciones populares para que desde los muy distintos sectores de la sociedad se exijan PRIMARIAS, se exija DEMOCRACIA INTERNA, en todas los demás Partidos. Nuestra incidencia incluyo leyes promovidas por el Presidente Ernesto Pérez Balladares, consolidadas luego con Martín Torrijos Espino, para que la ley electoral obligara a todos los partidos políticos a caminar por la vía correcta de la participación de su membrecía. Siendo esto un triunfo para la sociedad en su conjunto, un triunfo que transciende a su intrínseco desarrollo cultural. Nunca más un dictadorzuelo podrá cambiar esta realidad, demostrado en el gobierno neo-fascista de Martinelli, el que con todo su despliegue de impunidad y autoritarismo, no lo logró.

Ahora bien, el Partido Revolucionario Democrático ha sido una palanca eficiente de desarrollo del país, pero a su interno no ha progresado a los nuevos niveles que el desarrollo natural de los acontecimientos exigen. Nos hemos estancado, incluso hemos cambiado los Estatutos para derogar sus grandes virtudes poco a poco. Los dirigentes que hemos escogido en los muy distintos periodos de administración le han dado la espalda a esos maravillosos Estatutos, herencia de sangre y fuego.

No conozco una solo secretaria en los 18 años que tenemos de vida partidaria que haya funcionado en las tareas para lo que fue escogida. Porque si es elegido democráticamente un Presidente de Área de Organización es para que interponga su liderazgo prestado, para que cada uno de los miembros de sus secretarias actúe en consonancia con sus obligaciones; ninguno ha dirigido su acción en ese camino de renovación. Todos de una u otra forma hemos traicionado el legado de Omar, y ahí están los resultados de la traición, el fracaso.

La consulta, otro legado de Omar, también ha sido traicionada. Las decisiones trascendentales que los distintos CEN han tomado desde hace 24 años, han sido inconsultas.

El Partido Revolucionario Democrático ha sido el impulsor decisivo en las políticas y leyes Estatales de Transparencia, dando así un rudo golpe a la corrupción. Sin embargo, no hemos sido capaces de replicar esa increíble gestión socio-moral a lo interno de nuestra organización. Ejemplo de ello es que los Directores y Delegados hemos sido ignorantes de cómo se gastan los 11 millones de dólares asignados por el pueblo panameño para que esta, una de sus organizaciones, promueva la decencia.

Nuestros Estatutos son una poderosa herramienta de desarrollo social. Es por eso que los enemigos del progreso, a lo interno del partido, han conspirado para que sean desconocidos y liquidar, en la desidia, la naturaleza revolucionaria del PRD.

Necesitamos escoger un Comité Ejecutivo Nacional que valide y trabaje para que ellos se cumplan, restituyendo y actualizando los artículos sepultados. Nuestros problemas actuales son tan simples como eso, cumplir con lo acordado, cumplir con lo que nuestros antepasados nos han legado.

La hoja de ruta propuesta está diseñada en función de lo que los Estatutos señalan en sus artículos 23, acápite J, sobre las funciones del Directorio Nacional; de igual forma el escoger nuevos delegados de cara al Congreso Ordinario aparece en el artículo 17. Cualquier trasgresión permitiría que un advenedizo IMPUGNARA lo realizado con consecuencias de mantener la zozobra, profundizando aun más la crisis.

Sólo hacen falta algunos meses para instaurar un nuevo liderazgo, cuál es el propósito de evitarlo; ese esfuerzo que están realizando en la dirección incorrecta debería aplicarlo preparándose para noviembre que está a la vuelta de la esquina. Así debieron actuar cuando la ola azul estaba cavando nuestra tumba; en aquel entonces se quedaron aguaitando por la rendija de la puerta.

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