En el día de ayer, un abogado de la defensa de Martinelli, ha declarado, como queriendo meterle los pelos para adentro a quienes le incriminan a su cliente, señalando que, si lo declaran culpable, le tocará al Estado, Indemnizar los daños y perjuicios causados y probados en el proceso actual.
La dicha amenaza, constituye un verdadero hito dentro de la carilimpieza histórica en nuestra nación, en el sentido de que quienes ejerciendo el poder público, al margen de la Ley y la Constitución, y por tanto infiriendo un grave daño a los ciudadanos, cuando ello se someta a proceso jurisdiccional y de allí surja responsabilidad penal y civil, le toca, según ellos al Estado; que hemos sido los diezmados y vulnerados como víctimas, hacernos cargo de restituir el daño causado, como si los causantes hubiéramos sido nosotros en un cruel acto de autofagia.
Esa lógica invertida, hilada a conveniencia, solo puede concebirse en mentes perversas, que no advierten aún hoy, el daño que le han causado a los panameños y a todas nuestras instituciones, que hoy trémulas, palidecen y agonizan.
Poco falta para que se establezca que; quienes han sido autores del cruel latrocinio y corrupción espantosa que nos impusieron, como nunca se conoció en nuestra historia, ahora sean convocados y declarados virtuosos personajes y se les otorgue también, la más alta condecoración que dispone el Estado panameño para distinguir a sus más preclaros ciudadanos.
Debe estar muy claro, que todo funcionario que actúa al margen de la ley deliberadamente y comete delito, no es el Estado el responsable, sino su autor “intuito personae” y responderá con sus carnes en lo penal, y con sus bienes personales en lo civil.
Hacer lo que ha externado el famoso letrado que habla con las bestias, corresponde a un capricho jurídico sin ningún fundamento lógico y en sumo grado, contrario a la justicia y su obra pacificadora.
Según esa lógica, el día en que un delincuente asesina a un parroquiano, vecino nuestro, todos debemos llevarle una ofrenda al homicida, declararlo un héroe de la comunidad e incluso la familia del difunto debe llevarle ofrenda extraordinaria.
Afortunadamente, la civilización humana ha conseguido que el derecho sea lógico y parece que cuando se desató el espíritu de la locura, al colega, lo afectó de una manera muy ostensible y siniestra.
¡Por un país decente y una patria para todos!
¡Así de sencilla es la cosa!
*José Dídimo Escobar Samaniego*
Miembro de la Dirección Política de C.E.PO
Aspirante a la Presidencia de la Republica.
Cédula: 7-84-41
Jueves 2 de agosto de 2018
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