Unión centroamericana en “fase regresiva”

El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, aseguró que la integración centroamericana, que hace más de tres lustros parecía un “horizonte muy promisorio” para la región, puede estar ahora en una “fase regresiva”. “Hoy nuestra región no está más cerca de la integración de lo que lo estaba hace 15 años y, peor aún, podría encontrarse en una fase regresiva, alejándose del objetivo” fijado en aquel momento, señaló Solís.

El mandatario costarricense, argumentó que su opinión se debe, fundamentalmente, a cinco factores que considera básicos para decir con rotundidad que el SICA está anticuado y requiere de un proceso de “refrescamiento, actualización y relanzamiento” con miras a las segunda mitad del siglo XXI.

El primero es la debilidad institucional, la descoordinación y la deficiente capacidad operativa del sistema, de sus órganos y de sus entidades especializadas, que ha hecho, por ejemplo, que la secretaría general del ente centroamericano “no” haya sido “capaz de cumplir a plenitud su función coordinadora y dinamizadora”.

Otro de los factores que provoca esta situación es la poca efectividad de conducción, construcción de consensos y seguimiento de los acuerdos aprobados, de los cuales algunos se encuentran sin ejecutar o bien otros ni se cumplen.

El tercer punto son las asimetrías estructurales de todos los países. Esto provoca que cada país desarrolle por separado sus políticas sociales, culturales, de seguridad o justicia, lo que pesa “gravemente” sobre la posibilidad de alcanzar una integración “más eficaz y perfecta”.

El cuarto motivo es la “caducidad” del Protocolo de Tegucigalpa, aprobado en 1991 y que marca el origen del actual SICA, pues se ha visto superado, al menos una parte de él, por el tiempo, lo que conlleva a que esté desactualizado y requiera de un “proceso de discusión” y “reconsideración completa de la integración”.

Como quinto punto, Solís manifestó la necesidad de que Centroamérica defina la posición de la región hacia el mundo, sobre todo en aspectos centrales como el cambio climático, los desastres, el terrorismo o las multinacionales.

Ante esta situación, Solís enfatizó en que esta es “una oportunidad única” para todos los países de la región para dar “un golpe de timón” que devuelva “la fuerza” y el “sentido” de la integración.

fuente: observatorio AC-EU

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