Opinión dominical

A esta altura del debate es poco lo que podría agregarse sobre las maldades por quedar dentro de la Lista Clinton, las maldades por no poder salir de ella y las maldades que se derivan por estar dentro de ella.

Esa orden ejecutiva No. 12978 de 1995 retrata el reverso del rostro sobre la que se dice es la mejor democracia del mundo. Allá funcionan las instituciones, es cierto, pero se imponen los intereses de quienes les conviene la vigencia del imperio a ultranza, sean ellos de dentro o desde afuera de sus fronteras. Hoy día, una rosca invisible, de gobierno sin rostro ni oficinas, hacen valer sus designios a rajatabla y en condiciones inapelables.

Los fines de la Lista Clinton, como de cualquiera otra política del poder U.S.A, no son los valores del Hombre. Ellos son lo que son porque saben cuándo y cómo impulsan sus objetivos teniendo en su símbolo de presentación la frase “In Good we trust”.

Pero a pesar de todo, el descaro de la Lista Clinton no es lo que personalmente me sorprende. Ellos serán siempre prepotentes, aunque se vistan con sotanas.

Lo que llama la atención es la reacción de quienes son sus destinatarios (empresas particulares, en general y en cualquier momento) así como las de los directamente afectados.

Todos se oponen a la Lista por las cuestiones formales del “due process of law”, pero no cuestionan al sistema. Se desesperan por la semántica. Pero no le prestan oído al mensaje implícito de la Lista Clinton. Rechazan la manera en que se aplica la Lista. Pero resultan timoratos para pelear, con igual o similar valor, por la derogación de la Lista. Y no buscan alternativas como si ya no existiese esa medida de injerencia en asuntos que nos atañen como Estado soberano o es que no lo somos, al final de cuentas.

Y algo peor, Se dice que ser incluido en la Lista es tanto como una “muerte” súbita. Pero sabiendo que esa Lista no manda que de apaguen las rotativas de La Estrella ni la de El Siglo, ¿Dónde queda, entonces, la iniciativa empresarial? ¿Dónde queda la imaginación y la inventiva o el emprendimiento? Acaso otros no sobrevivieron por estar en peores listas que la Lista Clinton. Sin los EU no somos pueblos o ya perdimos o renunciamos al ADN del esfuerzo propio o de hacer caminos, caminando sin ser llevados por mano ajena. Recordemos que el canal no es nuestro porque se lo pedimos. Lo es porque peleamos en todos los frentes por ese activo secuestrado.

A nadie puede ocurrírsele pensar que será fácil salir de la Lista y lo es menos sortear sus nefastos aprietos.

Apenas el viernes último celebramos 228 años de la muerte del marqués de Lounay en la toma de la bastilla, por lo que ya deberíamos haber aprendido, desde antes y después de esa gesta, que todo fue posible por el arrojo de soñadores y aventureros. Los blandengues nunca se han merecido victoria alguna.

El caso GESE nos señala que no pasará nada trascendental en lo inmediato porque:

1) A los EU les conviene ser duros, y nunca se retiran con las manos vacías.

2) El embajador Feeley fue mandado a decirnos la decisión de manera clara y con palabras tajantes.

3) ya existe el antecedente de lo que se hizo con los almacenes del señor Waked.

4) sigue pendiente el juicio penal en contra de Nidal Waked en una corte norteamericana, y

5) no contamos con gobierno al que se le huela o se le note orgullo ni dignidad que merezca ser mencionado.

Por: Lic. Víctor Collado

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