La mañana del domingo 4 de noviembre de 1991, los estudiantes “Aguilucho ” se preparaban a participar en las fiestas patrias; desde el día anterior había mucha tensión por el gobierno en turno, ya que había una postura unificada de los Institutores en cuanto a “No saludar el palco presidencial” y a dar la espalda por el trato del gobierno de la “invasión”, con su dura represión ejercida contra el Nido de Águilas, las persecuciones y medidas de censuras durante esos primeros años post trauma de guerra.
El Instituto Nacional en ese entonces tenía graves cicatrices en sus estructuras, luego que fue tomada y ocupada por la soldadesca norteamericana, ya que un cohete había impactado en diciembre de 1989 (Cuando se registró la intervención armada); En la parte superior izquierda de la secretaria era notoria la herida dejada, y que causó un fuerte daños estructural: con huecos tatuados por aquella explosión, las esquirlas impregnadas por todo el vestíbulo y el color negro pintado por el humo tóxico de ese infortunado hecho).
Desde el año anterior (1990) fue tema de exigencias y fuertes protestas, por las condiciones como encontraron el colegio después de su profanación en el 89 y además de las malas condiciones en todo el Instituto, con la falta de materiales e instrumentos didácticos y otros reclamos.
El régimen de Endara, Arias Calderón y Guillermo Ford, no vacilaban en mantener un pensamiento de benevolencia a las fuerzas de ocupación, promovieron la idea en saludar a los gringos con actividades, y una de ellas era entregar o repartir banderas de EE.UU durante las efemérides patrias, incluso la Alcaldesa del distrito de Panamá en aquel entonces Omaira Mayin Correa, otorgó el permiso y permitió la venta masiva de ese emblema extranjero, (una afrenta contra nuestra identidad como nación).
EL VALOR Y LA DIGNIDAD
Para ese día de la bandera nacional 4 de noviembre, había decisiones encontradas, por un lado la muchachada institutora.
1. Los aguiluchos (banda de música) no tocaron melodías frente a la presidencia, sólo el redoble de un instrumento con toque fúnebre.
2. Los batallones y batuteras pasarían de largo o darían la espalda.
3. Los representantes de la Asociación Federada (AFIN-FER-29), llevarían pancartas de protestas y a su paso darían la espalda, arrancarían los emblemas extranjeros a quienes los portan (por considerarlo como una burla y desprecio a la panameñidad e insultó a quienes perdieron familiares durante la invasión) .
POR EL GOBIERNO:
1. Impedir el paso frente al palco en la presidencia a organizaciones estudiantiles que llevaran pancartas durante los desfiles.
2. Uso de la fuerza por el Sistema de Protección Institucional (SPI) para lograr su objetivo.
Ese día como era de esperarse, se registró las fuertes confrontaciones entre empujones, golpes y detenciones.
Según el estudiante en esa época, y miembro de la FER-29 Alberto, “no querían que desfilaremos con pancartas”, las advertencias iban y venían, haciendo tenso el ambiente.
Dijo Alberto “La intención de ellos era hacer que pasaran todas las delegaciones menos las agrupaciones políticas… nos reprimieron y lograron detener a varios egresados que nos acompañaban entre ellos uno de nombre Rolando Sanchez”.
Padres de familias, egresados y universitarios tuvieron que fajarse cuerpo a cuerpo con unidades del SPI y civiles con banderitas gringas.
Luego de los enfrentamientos a lo largo del desfile se escucharon aplausos y entre ellos algunos provocadores pro-gringos que en ocasiones cerraban el paso de la delegación del glorioso nido de águilas.
Todo estas acciones nunca doblegaron las luchas reivindicativas de los estudiantes y de solidaridad social que caracteriza al Instituto Nacional de Panamá.
TESTIMONIOS DE LO OCURRIDO EN EL DESFILES DEL 4 DE NOVIEMBRE. 1991
“Según Ernesto Fitzroy Hay, egresado del Instituto Nacional. Aquel día Fuimos fuertemente amenazados si no saludamos al Presidente Guillermo Endara y sus secuaces.
Yo era el “Capitán” de tambores y liras de todo el Colegio. Recuerdo que Barría era uno de mis Oficiales.
En la memoria está que el diseño del uniforme de gala lo aportamos, era color blanco con molas rojas y rangos pero por ser los hijos del patio y por la fobia al militarismo, nos lo prohibieron pero los colegios privados si los usaron. A los años siguientes si se empezó a usar el uniforme de Gala que había diseñado con las Molas y todo.
EL PLAN CONJUNTO
‘Junto con los compañeros del FER-29, planeamos en secreto colectivo solamente entre los estudiantes, la maniobra de ser el primer colegio* en demostrar nuestro repudio al gobernante de facto, sus compinches y sus amos gringos en darles la espalda en la misma Presidencia de la República’.
Los compañeros de la Banda de Tambores, Liras y Batuteras nos reunimos y decidimos que sólo la oficialidad íbamos hacer la maniobra de dar una vuelta completa y al final darles la espalda y el resto de los estudiantes pasarían de largo en paso veloz. También decidimos que usamos pancartas de protesta junto a los compañeros del FER-29 y al final nos acompañarán los padres de familia y profesores nos escoltaran a todos.
Encontramos el respaldo de varios Profesores del Instituto Nacional que a pesar de las presiones de “censurar” cualquier protesta, apoyaron nuestras decisiones como estudiantes del Nido de Águilas.
DECISIÓN Y VALENTÍA
El 4 noviembre de 1991 iniciamos el desfile y con el evidente sentimiento de nerviosismo, pero determinados como jóvenes rebeldes con una causa. Al llegar a la esquina, de la orden de detener el toque e iniciar sólo el redoble en tono solitario y marcial.
Había cierto miedo por los compañeros de primer ciclo y por eso se decidió que la tropa pasaría de largo en toque Marcial y solamente la oficialidad le daríamos la espalda en un medio círculo de 270° *Yo sólo, me quitarían el guante de la mano izquierda, y se lo tiraría a mis espaldas en muestra de desprecio según lo planeado.*
Justo cuando estábamos en la maniobra, las hordas del Sistema de Protección Institucional (SPI) o como se llamaran en ese momento, los forcejeos y los golpes.
Las Unidades de la Presidencia se alborotaron y comenzaron a golpear con varas policiales, detonaciones y gases lacrimógenos sin mediar que casi todos los integrantes éramos adolescentes muy jóvenes y en gran parte de entre 12 a 15 años
En ésta situación, di la señal de que todo el primer ciclo siguiera el protocolo de correr hasta el Parque de la Independencia para resguardarnos.
Al llegar allí nos reagrupamos y esperamos a los compañeros del FER, los demás padres de familia y profesores que se mantuvieron en la Presidencia resistiendo mientras los más pequeños escapaban. La gente a nuestro alrededor aplaudieron la valentía que demostramos.
Nos alentaron para continuar… los padres presentes estuvieron de acuerdo, nos volvimos a formar.
Luego entre todos decidimos continuar el desfile porque le estábamos haciendo honores a Panamá y no a los “Jinetes de la Muerte” que estaban en el Palacio de las Garzas.
Y si… esos aplausos fueron mayores que los débiles abucheos de los Pro invasión…
Si nosotros, siendo menores de edad, no doblamos las rodillas, ninguno de ustedes tampoco, VIVA PANAMÁ.
Por otra parte añade la egresada Marlene González:
Cuando acuso a profesores de manipulación les puedo dar nombres y comportamientos, fueron días muy difíciles, recuerden que fuimos la generación del antes y después de la invasión
Y esa expectativa de que haría el Instituto estuvo en los años 90 y 91 como yo lo recuerdo.
Se que ese año el grupo pasó casi corriendo frente al presidente (Con un redoblante siguió con un solo toque).
Nuestro grupo no dimos la espalda pero no le hicimos reverencia, pasamos en orden pero sin bajar la cabeza.
Tomado del Facebook de Abdiel De León protagonista de primera línea
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