Los hechos aparecen primero y luego el hombre ordena esos hechos y emerge entonces el derecho. No obstante, el ingenio humano no puede moverse en un espacio abierto sin tener en cuenta ciertos valores y principios como la bioética.
La Bioética puede definirse como “el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores y de los principios morales”
En la sociedad moderna, en donde existe el pluralismo ideológico, es necesario lograr acuerdos a nivel de la comunidad científica internacional, para asegurar el respeto a la vida humana y la dignidad personal en el ámbito de la investigación científica y el trabajo biomédico, de modo que no desbordemos, a cuenta de la investigación científica, el traspasar las barreras que guardan la dignidad humana, como ocurrió durante el periodo del dominio nazi fascista en Alemania, por ejemplo.
Hoy día, entre muchos otros, se están desarrollando proyectos de introducción y aplicación de inteligencia artificial, que, si no se apega a ciertos principios, terminarán por sustituir el valor del ser humano.
Existen muchas mentes brillantes, pero dedicadas a hacer cosas que no edifican al ser humano, sino a convertirlo en última instancia en víctima de inventos que lo enajenan y lo envilecen. Las investigaciones más terribles que nos podamos imaginar, se han hecho entre humanos y para ello se ha ejercido dominio perverso y diabólico de la libertad y la dignidad humana.
Es seguro, que la ley no puede regular relaciones jurídicas en el mundo de la realidad, que aún no se han dado. Sin embargo, toda investigación y desarrollo del conocimiento, si debe estar sujeto desde su inicio, a valores que pongan a salvo la dignidad humana y el decoro, sabiendo que, por encima de las cosas, está el ser humano.
¡Así de sencilla es la cosa!
*José Dídimo Escobar Samaniego*
Cédula. 7-84-41
Martes 20 de marzo de 2018
