Wikileaks: Descubren tecnología para pedir libertades en Cuba

Con alguna frecuencia aparecen noticias de parlamentarios  exigiendo “libertades” en Cuba. Siempre son reflejadas por los grandes medios, tanto en Europa como en América Latina, como preocupaciones espontáneas y altruistas por los derechos de los cubanos.

Sin embargo, gracias a los  cables filtrados por Wikileaks ahora podemos conocer quién es el que realmente habla tras los solemnes escenarios con escudos y banderas en que se desenvuelven los portadores de la soberanía popular.

El 21 de mayo de 2008, seis diputados reclamaron en el parlamento  de Costa Rica la liberación de los presos políticos en Cuba, el restablecimiento de las “libertades democráticas” y el respeto a los derechos humanos por parte del “régimen” cubano.

Según recuerda el diario costarricense La Nación, ese día, los diputados Óscar Núñez, Fernando Sánchez, Federico Tinoco, Ovidio Aguero, José Manuel Echandi y Evita Arguedas aludieron a José Martí, a las “damas de blanco”, a Abraham Lincoln, al periodista cubano Normando Hernández – pueden conocer su interesante historia en un reciente artículo de  Rebelión– y a “madres, padres, familiares y amigos” de los presos en la Isla, además de hablar sobre la Guerra Fría, la “crisis de los cohetes de 1962” y la guerra hispano -cubano-americana de 1898.

Pero todos esos temas no se le ocurrieron a los parlamentarios. La Nación, basándose en cables revelados por Wikileaks, a los que ha tenido acceso, difunde que la embajada de Estados Unidos en San José acudió a la periodista Adriana Núñez, entonces jefa de prensa de la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) en el parlamento costarricense, “para proveerle los ¨temas de discusión¨que le servirían como insumo para preparar los discursos de los seis diputados”.

Tanto Núñez como los parlamentarios implicados  niegan ahora los hechos, pero el 16 de mayo del 2008, -cinco días antes de que  los oradores cumplieran el encargo de EE.UU.- la diplomática norteamericana destacada en San José, Magda Siekert, envió un despacho al State Department en que describía el encargo y anunciaba lo que iba a suceder el 21 de de mayo. Dos días después del acontecimiento, otro funcionario estadounidense en Costa Rica, Peter Brennan, informó a Washington que su representación había proporcionado a Adriana Núñez “orientación y temas de discusión para ser utilizados en los discursos de los seis parlamentarios”.

“…los diputados consultados no saben por qué la Embajada sabía de antemano cuáles diputados hablarían en el Congreso a favor de los presos políticos cubanos”, dice el reporte de La Nación. No esperemos menos, pero de lo que estamos seguros es que los parlamentarios ticos no son los únicos títeres de curul bajo los hilos de Washington. Quizás sería bueno que otros medios con acceso a los cables de Wikileaks, en lugares donde algunos diputados han realizado pronunciamientos similares,  revisen los despachos de las embajadas estadounidenses allí, en fechas cercanas a los hechos.

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Seguramente encontrarán algo interesante  sobre el don de adelantarse a  los discursos de sus amigos que tiene  la diplomacia norteamericana. (Publicado en CubAhora)

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