La demanda de la 5ª Papeleta la hizo inicialmente en nuestro país el Foro Panamá 2020 presidido por el padre Néstor Jaén
Cuando un planteamiento genuino, como el de la 5ª Papeleta, se hace a destiempo y con objetivos de manipulación política, lo que se hace es vaciarlo de contenido, desnaturalizarlo. Pero cuando se proponen cambios constitucionales que no atacan los problemas de fondo, lo que realmente se busca es mantener el status-quo.
La demanda de la 5ª Papeleta la hizo inicialmente en nuestro país el Foro Panamá 2020 presidido por el padre Néstor Jaén, para el torneo electoral de 2004, con el ánimo de que la ciudadanía decidiera, además de escoger a sus candidatos en los diversos cargos de elección popular, si quería una nueva Constitución elaborada a través de una Asamblea Constituyente. Se tomó como base la experiencia exitosa de la 7ª Papeleta propuesta por los estudiantes universitarios colombianos, en la cual 2 millones de personas avalaron la convocatoria a una Asamblea Constituyente, dando origen a la Constitución de 1991, vigente en el vecino país. Sin embargo, la propuesta no fue implementada en nuestras elecciones de 2004.
El presidente Varela hizo de la Constituyente una promesa de campaña, para ejecutarla en los dos primeros años de gobierno, cuestión que no realizó por considerar que no existía ‘ambiente político’. Lo cierto es que apostó por 4 años al llamado ‘pacto de gobernabilidad’ con el PRD y el CD.
Tanto el Movimiento Constituyente Va como la actual Defensoría de la Universidad de Panamá propusieron en su momento la 5ª Papeleta, a la Asamblea y al Tribunal Electoral, respectivamente, siendo rechazadas ambas iniciativas.
Hoy, el Ejecutivo, en medio de un enfrentamiento con el Legislativo y a punto de concluir su mandato, está por remitirle un Anteproyecto de Ley que permita incluir una papeleta adicional en los próximos comicios, que inquiera al pueblo panameño la forma de realizar los cambios constitucionales: a través de una constituyente paralela, originaria o mediante 2 Asambleas distintas.
Moción a destiempo que no refleja una real vocación democrática, sino, más bien, pareciera que trata de sacar ventajas en un rejuego de ‘tirar la pelota’ a la Asamblea.
Por otro lado, sectores empresariales y candidatos presidenciales pretenden canalizar reformas constitucionales a través de dos legislaturas diferentes, las cuales recaerían sobre aspectos no esenciales, qu e resguardan los intereses de los poderes constituidos, lo que en resumidas cuentas equivale a fortalecer el gatopardismo, es decir, hacer cambios para que nada cambie. Abogada y docente universitaria
Tomado de El Siglo 8 de enero de 2018
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