Un fantasma recorre Panamá

Un fantasma recorre Panamá: el fantasma del anti neoliberalismo. Todas las fuerzas de la vieja República se han unido en santa cruzada contra ese fantasma: el CONEP, la Cámara de Comercio, la Apede, el SIP, Anagan, Fedecamaras, CAPAC, banqueros, el Gobierno, Cámara Minera, los partidos tradicionales, los seudo independientes, los expresidentes de gobiernos corruptos y sus medios de comunicación.

La voces que hicieron temblar a la oligarquía

Solo bastó que Maribel Gordón de la Alianza Pueblo Unido por la Vida, denunciara la evasión fiscal, los desproporcionados márgenes de ganancia y el modelo económico que le quita al pobre para darle al rico y que los otros integrantes de las alianzas del pueblo en la mesa única de Penonomé pidieran comida, medicamentos y luz baratos, para que se desatara la campaña de odio y de infundios contra el pueblo que lucha y resiste en las calles exigiendo respuestas concretas a sus acuciantes necesidades.

Bastaron apenas unos minutos en televisión para que el pueblo escuchara algunas verdades que niega la censura y el cerco informativo impuestos por las grandes corporaciones televisivas, radiales y periodísticas que siempre llevan a los mismos rostros al punto de hastiar a su audiencia. Presenciamos el debate que se niega en las elecciones, donde no se desarrolla la batalla de las ideas sino la guerra de chequeras, donde se impone el clientelismo.

Los representantes de los gremios empresariales, léase, voceros de la mafia farmacéutica, del extractivismo, la minería a cielo abierto y otros proyectos depredadores del ambiente, de los oligopolios, monopolios, los especuladores inmobiliarios y de los precios de los artículos, productos y servicios de primera necesidad, los que exigen subir la edad de jubilación de mujeres y hombres, los violadores de derechos laborales antes de y durante la pandemia, los que piden represión para el pueblo, ahora quieren participar y sabotear la mesa única de Penonomé, una conquista de la lucha del pueblo en las calles.

Ellos ya han estado en permanente diálogo con éste y todos los gobiernos y son los principales beneficiarios de un modelo económico neoliberal que surge en la dictadura militar y se afianza después de la invasión, haciendo de Panamá uno de los países con la brecha más grande entre ricos y pobres. Unos 115 ultramillonarios acaparan más de 20 mil millones de dólares.

Son los mismos que obtienen exoneraciones, incentivos fiscales, a los que se les regala un aeropuerto de más de mil millones, logran concesiones del Estado que luego venden al mejor postor, regalan botellas de Macallan a diputados, altos funcionarios y magistrados y ofrecen muchas otras prebendas a cambio de favores, nombramientos, leyes y fallos a favor de sus egoístas intereses. Son los mismos que evaden impuestos, se roban la cuota obrero patronal de la Caja de Seguro Social, obtienen inmensas tasas de ganancia y de utilidades gracias a los altos intereses de préstamos, y precios en productos y servicios, para luego lavarse la cara con teletones y otros actos de suspuesta responsabilidad social empresarial con los que siguen evadiendo sus responsabilidades tributarias.

Son los que vienen pidiendo a gritos que se privatice el IDAAN, la CSS y se elimine el subsidio del tanque de gas de 25 libras, la beca universal, los 120 a los 65, la Red de oportunidades, Ángel Guardián, y otros programas sociales de ayuda a los más vulnerables.

Claro que tienen que estar temblando. No soportan el debate ni las nuevas ideas ni otras formas de pensamiento. Ellos insisten en imponer un pensamiento único.

Campaña de odio contra el pueblo

Ante la falta de argumentos, recurren al trasnochado anticomunismo, al terror mediático, a la aporofobia (odio a los pobres) y a la instigación de actos criminales como los ocurridos con los infiltrados en los predios de Viguí que, a punta de pistola, detuvieron una caravana humanitaria o el triste incidente donde un vehículo arrolló a dos indígenas en Horconcitos. Y encima lo festejan en las redes, entre ellos el seudo periodista Álvaro Alvarado, la diputada Gisselle Rosas (Cambio Democrático) y la descendiente de esclavistas y propietaria de colegios privados que reciben subsidio del Gobierno, Manuela (Maui) Saint Malo Vallarino.

¿Quién dijo que pedir mayor igualdad, que los ricos paguen más impuestos y se le impongan topes a sus ganancias, es pedir el Socialismo? Eso solo cabe en la mente avara de una clase dominante atrasada, inculta, ignorante, sin proyecto nacional alguno, subordinada totalmente a los intereses de Estados Unidos. Solo les ha faltado públicamente (porque en privado ya lo han hecho) pedir otra invasión militar, reeditar el 20 de diciembre de 1989.

No hay que ser socialista para plantear la necesidad de cambiar el modelo económico y sus caducas estructuras. Lo pide el Papa Francisco cuando dice: “Veo un modelo de vida económica y social caracterizado por tantas desigualdades y egoísmos, en el que una exigua minoría de la población mundial posee la mayoría de los bienes, y que a menudo no duda en explotar a las personas y los recursos”. “El Papa pide cambiar los modelos económicos que idolatran al dinero y al poder”.

Los ricos quieren imponer su agenda

Ahora los voceros de empresarios, terratenientes y banqueros inescrupulosos dicen estar en contra de los temas propuestos en la mesa. Que el tema corrupción, que sí está, debe ser el único. Ellos, que fracasaron en sus vigilias y marchas blancas, solo les interesa hablar de la corrupción de un lado, no de la corrupción de empresarios corruptores y coimeros. No entienden que la corrupción es apenas uno de los síntomas de su sistema inhumano.

Y esta coyuntura ha demostrado también el fracaso de opinólogos, supuestos expertos en todos los temas, celebridades, “influencers”, encuestadores, seudo politólogos, grandes medios de comunicación, que argumentaban que los problemas de los panameños eran otros y no el hambre, el alto costo de la comida y medicamentos, el desempleo, los bajos salarios, la pésima situación de la educación y salud públicas, la crítica situación de la seguridad social, la falta de agua en las comunidades, la exclusión de todo tipo, las injusticias sociales. Más de medio millón de panameños, entre ellos muchos niños, se acuestan sin comer cada día en Panamá.

Ahora dicen que lo que vivimos es la crónica de una muerte anunciada, pero no anunciada por ellos, sino por organizaciones como Frenadeso que antes, durante la pandemia y ahora no cesó la lucha y en mayo entregó con la Alianza Pueblo Unido por la Vida un pliego de 32 puntos a la Presidencia del que seguimos demandando respuesta.

Queremos felicitar el valor, la capacidad de debate, el sacrificio de los miembros de las alianzas que representan al pueblo en la mesa única. Al pueblo panameño a seguir unido y continuar la lucha por una economía verdaderamente humana, por una economía para la vida digna, avanzando hacia crear las condiciones para una Asamblea Constituyente Originaria con plenos poderes que dé paso a los urgentes cambios estructurales que el país necesita.

Panamá, 24 de julio de 2022.

FRENADESO
FRENTE NACIONAL POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Hablemos de… Marketing Sindical www.monagrillo.net

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