A los 19 años de edad, en mayo de 1939, el poeta comunista Marcos Ana fue prendido por la dictadura del presidente Francisco Franco. Responsable por el golpe de estado que terminó con una Guerra Civil Española, Franco quedó en el poder de 1936 a 1973.
Cuando fue apresado por los militares, Ana aún se llamaba Fernando Macarro Castillo. En la prisión, resolvió homenajear su padre, Marcos, y su madre, Ana, fundiendo sus nombres. La madre también había sido capturada por el régimen.
La alegación para la prisión fue que él participaba de las Juventudes Socialistas Unificadas, una fusión de las juventudes del Partido Comunista de España (PCE) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Durante los 23 años que Ana quedó prendido, fue condenado a la muerte dos veces. Todos los días, excepto a los domingos, a las seis de la mañana, los prisioneros eran fusilados.
Eran llamados nombre a nombre al largo de la madrugada todos aquellos que serían ejecutados con el nacer del Sol. Las condenas eran basadas en acusaciones de tres asesinatos y de escribir en un periódico comunista.
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