La Federación Sindical Mundial que representa a más de 92 millones de trabajadores en 126 países en los 5 continentes, condena de la manera más rotunda los hechos que salieron a la luz acerce de la Organización No Gubernamental británica “Oxfam”. Según las revelaciones, en 2011 los dirigentes de “Oxfam” estaban “utilizando” la financiación destinada a la asistencia del pueblo de Haiti afectado por el terremoto, para vivir en casas y hoteles lujosos así como para la trata y la prostitución de mujeres, incluso de niñas- Tras la revelación de los acontecimientos, siguieron también unas otras, nuevas revelaciones que evidencian hechos parecidos en el seno de la Cruz Roja y de otras ONGs.
Los trabajadores en todo el mundo no deben considerar este caso como un incidente aislado que constituye una “excepción a la regla”. Las ONGs, en su gran mayoría, son organizaciones privadas, financiadas por estados y empresas privadas y actúan bajo la tolerancia o con la bendición de los monopolios al servicio de los intereses privados. En la práctica funcionan como un estado dentro del estado, camufladas bajo la capa del “interlocutor social” o de la organización “humanitaria” y “sin ánimo de lucro”. Las ONGS, en su contundente mayoría, se están aprovechando por los estados burgueses como excusa de exención de los servicios más básicos que ellos deben prestar a los trabajadores y las capas más pobres del pueblo. De este modo, los gobiernos a través de la financiación de una institución que promueve intereses privados, se lavan las manos y renuncian las obligaciones estatales en una gran lista de asuntos socio-económicos y necesidades populares.
Además, muchas ONGs se están utilizando por los centros imperialistas para hacer el “trabajo sucio” que ni los propios estados burgueses pueden hacer. Un ejemplo impactante es el papel de las ONGs durante la mayor crisis humanitaria de los últimos años, la crisis de los refugiados. Según el informe confidencial de la propia Agencia europea de fronteras, se han anotado evidencias de entendimiento entre ONGs y los traficantes de refugiados. Por otra parte, se han registrado muchos casos de trato horrible y de condiciones de vida terribles en los centros de acojida de las ONGs a pesar de los recursos que ellos disponen. Asimismo, hay ocasiones en las que las ONGs atacan abiertamente y de varias formas a los movimientos sindicales, intentando comprar conciencias y educar a los sindicalistas con los principios de la colaboración de clases. Todo esto sucede en el momento en que las financiones de la UE hacia las ONGs por ciertos asuntos superan las fondos respectivos que se ofrecen a los estados y la ONU.
Para el movimiento sindical internacional de clase queda claro el papel sucio y el entelazamiento de las ONGs con los intereses imperialistas. Los trabajadores y los estratos populares pobres no tienen nada que esperar de estas instituciones y organizaciones que están creadas y apoyadas por los propios enemigos de la clase obrera. Los trabajadores pueden confiar solo en sí mismos y en su movimiento sindical de clase. Solo los sindicatos que fueron creados, compuestos y apoyados exclusivamente por la propia clase trabajadora pueden defender de manera combativa y eficaz los derechos de los trabajadores. Solo los propios trabajadores con su lucha decisiva en una orientación clasista y con su solidaridad internacionalista pueden satisfacer las necesidades contemporáneas de los estratos populares.
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