La traición convertida en virtud de Estado

El gobierno norteamericano, en su afán por tomarse a Venezuela, ha introducido un nuevo menú en los términos de su trato con los militares que traicionen el ideal y el honor bolivariano.
Creo que el cinismo ha llegado a niveles insospechados, a tal punto que muy lejos ha quedado el honor y el decoro como término de trato indispensable entre países y se quiere institucionalizar la premiación insolente a la delación y la traición, olvidando que toda semilla que sembremos, eso mismo cosecharemos.
Se ha enrarecido tanto la relación de Estados Unidos con Latinoamérica que recuerdo al General Omar Torrijos, cuando un día en la Base Militar de Río Hato, reunidos con él en enero de 1974, nos advirtió que se daría inicio a las negociaciones con Estados Unidos sobre el Canal, pero que teníamos que prepararnos muy bien porque Estados Unidos no tenía amigos, sólo intereses.
La relación de amistad de Omar Torrijos con Jimmy Carter, se desarrolló como un hecho entre hombres de principios cristianos y de profundo respeto personal, sabiendo que manejaban un tema cumbre de las relaciones internacionales que tenían que ver con la soberanía y perfección de nuestro Estado nacional. Nadie le regatea a Carter su legítimo compromiso con los más altos valores humanos, pero él fue una excepción en la administración norteamericana.
Cuando estalló la guerra de las Malvinas el 2 de abril de 1982, el presidente de Estados Unidos era, Ronald Reagan, el Secretario del Departamento de  Estado era Alexander Haig, y Caspar Weinberger era el secretario de Defensa, y existía el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), también llamado Tratado de Río, que era un pacto de defensa mutua interamericano firmado el 2 de septiembre de 1947 en Río de Janeiro. Se trata del primer tratado de su especie después de la Segunda Guerra Mundial, no obstante, Los Estados Unidos prestó ayuda beligerante, no a Latinoamérica como correspondía conforme al tratado, sino a Gran Bretaña, que en razón a esa traición y la del Ejército de Chile, hoy se pavonea con el ejercicio de la soberanía de esas islas que son de Argentina.
Los cuentos de que Estados Unidos está comprometido con la democracia, no se corresponde con la realidad, porque todos los hechos hablan lo contrario. Así, todos los regímenes militares que liquidaron la democracia en Latinoamérica y todos los golpes de estado que se fraguaron y fueron “exitosos” en el continente, fueron patrocinados por el gobierno de los Estados Unidos. Ellos son los responsables de la muerte de miles y miles de jóvenes, hombres y mujeres luchadores  por la democracia de nuestros pueblos que murieron a manos de fascistas y trogloditas que nunca respetaron el derecho a la vida y la dignidad humana.
Hoy, cuando pudieran cambiar la historia y replantear una relación distinta para recuperar la confianza en nuestro continente, en vista de la pérdida de su hegemonía y del mundo unipolar en el que navegaban, no obstante, desarrollan la vía pragmática de hacerse con los recursos naturales estratégicos de nuestro continente y apuntalan a las mismas oligarquías que fueron el brazo ejecutor de sus políticas en su patio trasero y bajo ninguna circunstancia son capaces de entender que somos pueblos con una identidad, cultura, tradición, lengua y hasta una fe que compartimos, muy distinta a la suya.
Si Estados Unidos desea restaurar la confianza en Latinoamérica, deberá hacer méritos adecuados y no lo que hoy ensaya, en el que nos trata déspotamente y hace gala de un soberano irrespeto a nuestros pueblos, porque si llega a agredir a Venezuela como lo hizo con Panamá, en 1989, sembrará la violencia que dolorosamente aún subsiste en nuestra amada tierra.
Lo único que pedimos es que se nos respete y que no se nos impida que entre nosotros mismos podamos encontrar los caminos pacíficos para el entendimiento político que nos lleve a la paz y el sosiego. El uso de la fuerza imperial, y el trato indecoroso a Latinoamérica, no será para siempre, porque hay un Dios que es justo y “que prende a los sabios en la astucia de ellos, y entontece el consejo de los perversos” Job 5:13
*¡Por un país decente y una patria para todos!*
¡Así de sencilla es la cosa!
*José Dídimo Escobar Samaniego*
Cédula: 7-84-41
Jueves 7 de febrero de 2019
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