Nuestro país está viviendo procesos extraordinarios de la historia política, social e internacional, las contradicciones afloran ahora más que nunca, se alinean fuerzas
sociales y se debate en el escenario la dirección política del Estado panameño.
Los hechos sociales se van acumulando tras las coyunturas que van emergiendo en el marco de esas contracciones de la lucha de clases, en que cada ingrediente de carácter social, político, económico, cultural e internacional va sumando en el tejido social que van marcando las condiciones objetivas de los cambios sociales y que hace presión en el sujeto para dirimir el rumbo de un posible cambio social. Son muchos los elementos que caracterizan el escenario coyuntural, tenemos, las presiones de los trabajadores que al convenir un nuevo convenio colectivo que satisfaga derechos sociales y económicos acorde a la realidad, son en muchas ocasiones cercenadas por aquella otra clase social que representan la apropiación de la plusvalía; una provincia que se levanta con voz de gigante, porque no aguanta más la desidia, el abandono, la pobreza y miseria en que la han sumido gobiernos y empresarios; voces de reclamos en las comunidades por problemas puntuales como la falta de agua, infraestructuras de la escuelas con poca solución, docentes sin nombrar; la salud pública contagiada por la falta de medicamentos,
falta de galenos y de especialista, poblaciones que aún no cuentan con la atención de salud apropiada; productores que se quejan por la poca atención gubernamental que va en detrimento de la seguridad alimentaria del país. Observamos la penetración de la corrupción en las Instituciones públicas, nuevamente la Caja de Seguro Social se ve envuelta en una de ellas, empresarios inescrupulosos se aprovecharon de la debilidad de un sistema recién instalado para desviar 300 millones.
La política exterior que lleva a cabo el presidente Varela con la canciller Saint Malo, está claramente marcada por el lobby judío-estadounidense, éste se han tomado la dirección política internacional del país y han alineado a Panamá al bloque de países del grupo de Lima quien sigue las directrices del Donal Trump y del Departamento de Estado de los Estados Unidos, quienes están en contra de los gobiernos progresistas de la región y aúpan revertir procesos encaminados a satisfacer necesidades sociales de la población; no condenan a Israel de las masacres al pueblo Palestino, no denuncian la intervención militar a Siria y a Yemen, mucho menos reivindican la soberanía de la Isla de las Malvinas.
La Central Nacional de Trabajadores de Panamá, consciente de la situación de las contradicciones en el marco de la lucha de clases, reivindica que el único camino
es la Unidad de nuestro pueblo, caminar por el sendero de los movimientos sociales, populares, sindicales y de las comunidades y hacemos propias sus luchas, sus angustias y aspiraciones.
Nuestra Central va por el camino de la justicia social, para el logro del progreso y bienestar social de nuestro pueblo.
Panamá, 20 de abril de 2018
