Editorial sobre la Ley de Reproducción Sexual

La Nota Editorial
Se ha conocido que la Asamblea Nacional de Diputado retomará el debate sobre el proyecto de Ley 61 que adopta políticas públicas referentes a la educación integral, atención y promoción de la salud sexual y reproductiva.
Para la Central Nacional de Trabajadores de Panamá (CNTP), la educación de la sexualidad es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto, se inicia desde el nacimiento dentro del grupo familiar y transcurre durante toda la vida en los sucesivos vínculos que establecen las personas al interactuar con diferentes grupos sociales.

Hoy podemos observar que se aprecian importantes cambios de conductas, actitudes y valores en lo referente a la sexualidad de los jóvenes y adolescentes de distintos sexos en nuestro país.

En este sentido, los adolescentes y jóvenes conceden mayor valor a la información obtenida en el grupo, que a la suministrada de forma autoritaria y por emisores con pocos puntos de contacto con ellos.

Las principales necesidades de aprendizaje identificadas en este sentido están referidas a información sobre sexualidad y reproducción, relación con la familia; comunicación interpersonal con las personas de su propio sexo y de otro, cómo elegir una pareja sexual y alertarlos sobre el riesgo del embarazo y las ITS en la adolescencia.

Hoy día es muy importante abordar la temática de la adolescencia y la juventud, debido a la trascendencia de este grupo etario para el desarrollo y a su impacto, donde la población comprendida entre 20 y 24 años de edad representa un 8 % y los adolescentes entre 15 y 19 años, un 9 %, con una distribución equitativa entre ambos sexos.
Los derechos del cuerpo están arraigados en los fundamentos esenciales de los derechos humanos. En términos generales, los derechos del cuerpo en todo lo relativo a la sexualidad y la reproducción abarcan dos principios básicos: el derecho a la atención a la salud sexual y reproductiva, y el derecho a la autodeterminación sexual y reproductiva, esta última también implica el derecho a estar libre de todas las formas de violencia y coerción que afectan la vida sexual o reproductiva.

Cabe resaltar, que la fecundidad constituye uno de los factores determinantes del cambio demográfico, en términos de su impacto en el ritmo de crecimiento o decrecimiento, maduración o envejecimiento poblacional.

Estas diferencias obedecen principalmente a la intrínseca relación existente entre el nivel de fecundidad y las condiciones socio-económicas y los patrones culturales, así como a los factores psicológicos y fisiológicos, lo cual se interpreta como el acceso a los servicios de salud, educación, empleo.

La actual situación de pobreza e inequidad que reina en gran parte de nuestro país constituye una amenaza para el desarrollo de ese capital humano.
El grado de vulnerabilidad del adolescente y joven está en función de su historia anterior, sumada a la susceptibilidad o fortalezas inducidas por los cambios de algunos factores sociales, demográficos, el microambiente familiar, las políticas socioeconómicas, así como el grado de conocimiento que poseen sobre salud sexual y reproductiva

Para la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, su objetivo es analizar los aspectos relativos a las estrategias y políticas públicas en materia de promoción de la salud sexual y reproductiva que están dirigidos a adolescentes y jóvenes, pero con un enfoque que priorice sus derechos humanos, sexuales y reproductivos, pues resulta prioritario preservar la fecundidad futura de adolescentes y jóvenes.
Por tanto, un debate sobre el tema amerita desprendernos de prejuicios y mitos que en medida cierta pueden entorpecer el desarrollo progresivo de la civilización, lo que exige actualizarnos en el problema y poner en práctica la educación científica e integral referente a la salud sexual y reproductiva.
Esta perspectiva se basa en compromisos contraídos por los países al ratificar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Convención sobre los Derechos del Niño, así como en las conclusiones de las conferencias mundiales sobre Población y el Desarrollo (CIPD) y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.
Panamá, 7 de Julio de 2016

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