Editorial N° 7

Lo que hoy vive nuestro país, no es más que la profundización de una crisis estructural del sistema capitalista que se ha manifestado de una manera peculiar, tal cual la estamos observando, con la certeza de la corrupción, crisis que estremece la propia “institucionalidad democrática” de la burguesía- empresarial.
El modelo político colapso con la invasión militar en 1989, se destruyó un tipo de Estado más representativo y se reinstala a la vieja oligarquía, para el dominio y control del poder político.
Esa oligarquía bautizó el proceso como la vuelta a la llamada “democracia”, han transcurrido 29 años, donde han pasado distintos gobiernos con diferentes corrientes de partidos políticos, Arnulfistas, Molinera, PRD, Partido Popular, Panameñista, CD, representando intereses políticos y económicos al servicio neoliberal y del imperialismo norteamericano.
Durante todo ese periodo lo que se ha dado es una enconada lucha inter burguesa, por el poder, donde se valen del clientelismo, el populismo oportunista, y los negocios con recursos del Estado, promoviendo la corrupción.
Esta “Democracia” fracasó, y con ello sus partidos políticos, su sustento ideológico; dirigentes políticos que no aprovecharon la oportunidad que les dio el imperialismo, de hacer del este país un sitio próspero, con instituciones dignas y fuertes, transparentes y con una participación ciudadana.
Lo que escucho todo el país, fue el destape de Ramón Fonseca Mora con sus declaraciones públicas, de mea culpa e inculpando a otros, que demuestra una vez más la podredumbre de un status político heredado de la mal llamada “democracia” donde sobresalen los sobornos y la compra de funcionarios y políticos por la empresa Odebrecht en la que están involucradas tres administraciones.
Desde un inicio los trabajadores organizados hemos denunciado, la burlan y ceguera de la justicia, personas que comente delitos de alto perfil, gozan de medidas cautelare blandas, como casa por cárcel, quiere decir que todos los panameños no podemos viajar, vivimos en una cárcel de país, ellos, los presuntos delincuentes van a la playa, a su clubes sociales, a fiestas etc., etc. otros, son prófugos de la justicia, que aún no han sido capturados.
El pueblo ya no confía en aquellos que administran la justicia, nos encaminamos hacia un Estado fallido y colapsado, que requiere de una fuerte transformación.
Por eso exigimos que aflore toda la verdad, que se entregue la información de los donantes de las campañas electorales. La Procuraduría General, debe jugar su rol de independiente, continuando con las investigaciones de manera transparente y que caiga quien caiga, la sociedad necesita de un baño de ética y moral para extirpar el cáncer de los políticos y empresarios corruptos.
Para la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, ha llegado la hora de las grandes definiciones que salvar a la Patria, adecentar y castigar ejemplarmente a todos aquellos que se enriquecieron con negocios y coimas, en perjuicio del pueblo panameño, se requiere de una gran alianza patriótica, progresista y popular con los mejores hombres y mujeres como lo exige la nación panameña. Movilicémonos y luchemos por un nuevo Estado, moderno, justo e incluyente.

Panamá, 10 de febrero de 2017.

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