El General Omar Torrijos Herrera, líder del proceso revolucionario panameño, nacionalizó la Compañía transnacional de la Fuerza y Luz en el año de 1972, con el apoyo de los trabajadores conducidos por su organización Sindical.
Los servicios que prestaba la Fuerza y Luz, fueron traspasados al Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE), que prestaba servicio en el área rural e interior del país, con excepciones de Chiriquí, donde el servicio lo daba Empresas Eléctricas de Chiriquí y en la Chorrera lo prestaba la empresa Hidroeléctrica de Chorrera.
Los empresarios siempre se opusieron a que el Estado prestara los servicios y desde 1972 sus gremios no cesaron en campañas sostenidas de criticar al IRHE, publicaban tablas de costos de la energía al consumidor de otros países con la intención de que el pueblo apoyara el retorno de la empresa a manos del capital privado. Con la vigencia de las políticas neoliberales fomentadas por el FMI y el Banco Mundial que fueron adoptadas por los gobiernos post invasión, lograron llevarse las empresas estatales y entregarlas a manos del capital privado.
ETESA es la empresa estatal responsable de la transmisión de la energía eléctrica a nivel nacional, pero las empresas generadoras y distribuidoras (privadas) son las que están en el negocio para ganar dinero, no les interesa la condición social del pueblo porque ésta es responsabilidad del gobierno.
El pueblo está en la calle y seguirá en la calle, mientras se mantenga el alza de la
tarifa eléctrica.
La Central Nacional de Trabajadores de Panamá, luchará para eliminar esa pesada carga que lleva a cuesta el pueblo, regresando estas empresas bajo la propiedad del Estado Nacional, porque para las corporaciones privadas es el lucro desmedido que prevalece.
Panamá, 14 de julio de 2018
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