Editorial

El gobierno Sirio ha cumplido con todas sus obligaciones con la Convención sobre armas químicas desde su adhesión a la Convención en 2013, Siria denuncia que son las organizaciones terroristas armadas y sus operadores los que han ejecutado estos ataques para acusar al Estado sirio. El Ejército Sirio no usó y no usará estas armas químicas ni siquiera en contra de los terroristas que atacan al pueblo sirio.

Donald Trump dijo que el ataque es lo más "conveniente para la seguridad nacional" de Estados Unidos. Además, llamó a las "naciones civilizadas" a unirse a Estados Unidos para buscar poner fin al derramamiento de sangre en Siria. En pleno siglo XXI creemos que una “nación civilizada” es aquella que propugna por la vida, la paz y el respeto a las normas internacionales del derecho.

Los halcones de la guerra que representa el Pentágono informaron que 59 misiles Tomahawk fueron lanzados contra la base aérea de Shayrat, desde donde creen que partió el ataque con arma química. El senador republicano Rand Paul recordó que una acción militar en Siria necesitaba ser aprobada por el Congreso, de acuerdo con el legislador, para ir a la guerra es preciso decidir si será mejor o peor y si se va a mejorar la seguridad nacional. “¿Estamos amenazados actualmente por Siria?”, cuestionó el senador Rand Paul.

Donald Trump pidió a todos los países civilizados” que se unan a nosotros, o sea a la guerra, a la destrucción, a la muerte de tantos niños, mujeres, ancianos, jóvenes, para buscar el fin del derramamiento de sangre en Siria y también para poner fin al terrorismo de todo tipo, donde los
mentores del terrorismo no es más que el gobierno de los EE.UU. Son unos cínicos, cuyo este ataque sigue el plan trazado por el Pentágono desde el 2013. Este bombardeo a gran escala no es más que un intento que tiene el fin de distraer la atención de la comunidad internacional respecto a las múltiples víctimas civiles en Irak, país que pasa por una invasión de fuerzas militares estadounidenses.

Este ataque con misiles significa que Washington pasó a implicarse directamente en la catástrofe siria, en un claro vuelco en la estrategia política y militar de Estados Unidos tras seis años de guerra civil. Cada misil cuesta unos 1,5 millones de dólares y una hora de vuelo de los caza F-22 cerca de 68.000, recursos que bien se podrían destinar para el combate a las enfermedades, al hambre, a la desnutrición infantil, bien puede ayudar a la producción de alimentos, de vacunas, a la investigación a la ciencia y tecnología para aquello países menos favorecidos con el desarrollo.

Para la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, defendemos la justicia, la paz y la armonía entre los pueblos, y consideramos que los ataques estadounidenses a Siria no es más que agresión a un Estado soberano de libre autodeterminación, es una violación de las normas del derecho internacional, bajo un pretexto inventado.

Panamá, 7 de Abril de 2017

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