CON OMAR PARA CHÁVEZ por Moises Pinzón

I

En el silencio de la noche, nuestra alma recorre y escribe: La trascendencia de Chile, su heroísmo histórico lleno de sacrificadas victorias, legándonos la semilla del camino.

En el silencio de la noche vibra el alma del dolor de Venezuela que se transmutó en gloria, gloria de lagarto trasegando amazonas,
recorriendo cada recodo continental.

Cuando nos enteramos que estaría en Casa Azul,
fuimos de apuro a tocar las escamas de Apure,
Barinas, sentir la frescura de los llanos de Sabaneta; nos avisaron tarde, solo vimos su rastro empuñando la Espada de Bolívar.

Asumiendo sufrimientos, marchaba desde las Malvinas, el Estadio Nacional de Santiago, las fosas comunes de Brasil, Colombia, El Salvador, Nicaragua… Méjico en español.
Las fosas comunes de América alimentaron su pujanza hasta cuando su imagen se convirtió en luz de los desabrigados del mundo en un Gran Salto de Ángel, iluminándonos por la eternidad.
.
Allá, doblando la esquina del Caribe desde la isla de la esperanza, observan nuestro sufrimiento, que es de ellos, empujan esa luz envuelta en el Manto de la Divina Pastora.

II

El dolor de parto, obligado encuentro con la perfección y júbilos al trepar la cima de El Dorado, transita las Venas Abiertas entramando raíces inquebrantables
dadoras de vida, recolectoras de sueños sembrando realidades.

¿Y por qué en la soledad de la noche nos invade el recuerdo triste de la alegría histórica de lo que “no está muerto ni mucho menos lo mataron”?
Porque en su andar y desandar por el mundo de ideas, nuestro taimado héroe sorbió cada centímetro cúbico: Millones en litros de sangre y lágrimas derramadas, hoy limpias y renovándose.

Por las mentes de los hijos de Negro Primero
y del Libertador con lentitud se añejaron
las mejores uvas de Cuba, Alemania, Rusia,
China, Brasil, Perú, Viet Nam, Panamá…
y fueron destiladas en Chile; dando como resultado el más puro y fino vino que el mundo disfrutase.

Borrachos de éxtasis, bañaron los llanos de Sabaneta para que floreciera la vida; para que la oscuridad del desasosiego inmenso
devenido luego de enterradas las hoces y martillos, se convirtieran en redención.

No hay duda alguna, en Hugo Chávez reencarnaron Bolívar,
Martí, Mariategui, Perón, Sandino, Guevara, Prestes, Romero, Camilo Torres, Gaitán, Amaru, Torrijos, Juárez, Alfaro, Allende…
El alma de los mártires y héroes de América
reencarnaron en el león de Sabaneta en una gran explosión de regocijo dialéctico que ya no dejaremos se oscurezca de nuevo.

III

Nuestra angustia, el de un país consternado
en las faldas de cerro Marta, anegaron las riveras del oceánico Canal: cimbran los músculos del alma en crecientes oleajes golpeando las murallas del control hormonal.
Firmes, contienen sucesivos asaltos.
Omar en las distantes décadas, aire fresco de los recuerdos, va abriéndose camino, alimentándose de las vibraciones; ya en tormenta de sensaciones,
irrumpe fortificadas puertas rompiendo glándulas, derramando
irresistible coraje envuelto en llanto.

Como no vamos a sentir tu desconsuelo, Venezuela, desde aquel primer día de hace años, que para nosotros han sido décadas.
Tormento, angustia y dolor que se confunde con el nuestro en una sola voluntad americana.

Unísono clamor de dignidad y desasosiego
penetran la corteza, erupción de pasiones;
lluvia de arrojo decidido,
de militancia y amor.

Cabeza de lava bolivariana baja por redes neuronales provocando estallidos de recuerdos que se atropellan, inundando cada palmo. Dando un extraño resultado de valor y sapiencia, resultado de indignación por lo inevitable; leer y des leer; transmitir y recibir; golpear con amor masticando odios.

¿Qué es casual, qué es causal,
dónde están los nexos, cuáles las categorías?
¿Cómo revelar la esencia
entre lo informal y lo formal? De la sucesión de fenómenos se reflejarán los vínculos de lo real y lo posible que confrontan y alinean verdades; resumiéndose en un concepto, poesía abstracta no fácil de digerir: concatenación universal.

Complejo venir y devenir,
histeria de ascenso y descenso experimental
hacia el destino de los justos; donde su entendimiento de “Gigante” se adentró con precisión de cirujano asumiendo la claridad de cada pensamiento para proyectar al mundo apasionadamente
la sapiencia universal de la revolución de independencia en misiones de educación,
salud, cultura, deporte, misiones de vivienda…
Venciendo temores creció el coraje infinito
de la estrategia precisa nacida en la búsqueda
de la igualdad, la democracia, la paz…
del amor.

IV

Convocamos a los dioses del Olimpo,
al Dios de Abraham,
a la búsqueda interior que nos mostrara Gautama, las máscaras robadas de Gibrán; convocamos los libros debeladores de ignorancia de Marx, Martí y Bolívar donde sediento bebiera sin ser jamás saciado; desesperados buscamos señales de aprobación, de penitencia o de castigo por lo que debimos ser, impedidos por la informalidad de la época. Sin respuesta, solo encontramos paz
entre tempestades de revolución.

Allá, en esa esquina, del otro lado del Parque Catedral estábamos en la fila infinita de dolientes para rendir juramento de fidelidad, de decisión de acción, de total compromiso con su legado.

Si cuando la tranquilidad
después de este enardecido desastre,
que destruye y construye voluntades, no reorientamos el cauce de las causas que causan nuestros retrocesos; crucemos la frontera de la indiferencia: Ya no seremos bienvenidos en el espíritu indomable de los héroes.

En el silencio de la noche vemos llegar el largo amanecer de alegrías; en el silencio de la noche escuchamos el delirante bullicio de la felicidad.

http://pinzonmartinez.blogspot.com/2016/03/con-omar-para-chavez.html

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