Con el mismo espíritu de unidad nacional, conque todos deseamos que la selección nacional de futbol, supere en Rusia, nuestras debilidades y falencias y nos pueda sorprender con una gran victoria, con mucha mayor razón, con ese mismo espíritu deberíamos intentar confrontar la corrupción y salvar al país donde vivimos, del colapso orgánico y la grave tragedia que vivimos por cuenta de la corrupción rampante que drenó multimillonarios recursos de todos, hacia la avariciosa alforja de anteriores y presentes gobernantes.
No nos contenta la opción, de solo estar presentes en este evento mundial, como tampoco nos alegra el solo hecho de reseñar la grave crisis por la que atravesamos los panameños, sino que, una batalla y la otra, debemos encararla, no mirando nuestras carencias, sino buscando en lo más profundo de nuestro ser, las fuerzas suficientes que nos hagan, junto a la ayuda de Dios, merecedores del respeto, la consideración y la dignidad a la que aspiramos, porque resulta que a quienes nos enfrentamos no son diferentes a nosotros, sino que iguales, solo que tenemos el deber de dejar atrás esa trágica convicción de que somos como hormigas ante gente mucho más grande que nosotros.
Las conquistas que nos esperan, requieren de un panameño capaz de sentirse a la altura de esos desafíos. Ello requiere cambiar el chip que tenemos actual, por otro que, a través de un nuevo modelo de educación liberadora, nos saque del ostracismo en que hemos andado desde 1979 en que se derrumbó estúpidamente, un proyecto educativo que no fue sustituido por otro, por cuanto es propósito de los poderosos que andemos a tientas, mientras ellos se agencian el atraco a este país inmensamente rico, pero donde subyace una injusta e insostenible pobreza.
Una y otra, son batallas que necesitamos vencer, porque no podemos seguir contentos, sin que se cumpla a plenitud, el propósito exitoso, que Dios puso en nuestras vidas.
Mientras tanto, “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.” Hebreos 12:2 NTV
*¡Por un país decente y una patria para todos!*
¡Así de sencilla es la cosa!
*José Dídimo Escobar Samaniego*
Cédula: 7-84-41
Lunes, 18 de junio de 2018
