Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político. 2/08/2021.
La campaña sucia y negativa contra Pedro Castillo, apunta a un solo objetivo: generar un ambiente de ingobernabilidad y propiciar la intervención militar; es decir defenestrarlo.
Los 100 días de gracia al nuevo gobierno del Perú y su presidente Pedro Castillo no existen; palo parejo de las élites de poder y de la derecha regional. Está clara la agenda puesta en marcha.
Andrés Oppenheimer, conocido por su defensa al neoliberalismo y la defensa acérrima del libre mercado, arreció sus ataques contra el presidente peruano. En su intervención alienta la salida de capitales y empresarios del Perú. Argumenta que se gastarán los dineros del estado, para financiar la agenda social del gobierno. Según este señor, hay en ciernes emular lo que él denomina chavismo. Presagia un escenario apocalíptico para el Perú.
Es evidente que la derecha ya decidió no darle tregua al nuevo gobierno democráticamente elegido. Tratarán de minarlo por dentro y por fuera. Ya veremos al señor, secretario general de la OEA, sumándose a este combo de destabilizadores en el Peru.
La situación es muy compleja para el nuevo gobierno. Fue electo en un escenario de una sociedad peruana partida en dos polos. Unos de estos polos, dirigidos, manipulados por la élite limeña y sectores medios acomodados . En el otro, el polo de los sectores del campo, del medio rural, trabajadores, de los grupos originarios y comunidades de la etnia negra.
Romper esta bipolaridad e ir ampliando su base de sustentanción con sectores de la pequeña empresa y empresarios capitalistas, es todo un desafío.
El primer deber de un gobierno, es sumar y consolidarse. No perderse en los laberintos que le arma la oligarquía y la derecha.
Nosotros, desde Panamá, le auguramos que todo le salga bien al presidente Peruano.
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