*Auscultando a la Caja de Seguro Social (1)*

La principal entidad económica de la sociedad panameña, no es el Canal de Panamá, aunque su patrimonio si es el más valioso. Por su envergadura y su impacto en la realidad diaria de los panameños, es la Caja de Seguro Social la empresa más importante.

Su presupuesto como entidad desagregada, representa casi el 25% del presupuesto nacional que es de B/23, 867.9 (veintitrés mil ochocientos sesenta y siete punto nueve millones). Un total de B/. 5,664.8 (Cinco mil seiscientos sesenta y cuatro punto ocho millones de balboas). Que es mayor que el presupuesto nacional de la República de Nicaragua con una población, casi el doble que la nuestra y una extensión territorial también mayor.

El Presupuesto de la Caja de Seguro Social de Panamá, tiene un mal endémico. Los recursos están repartidos o asignados a una abultada planilla de casi 33 mil empleados, en forma casi igual entre planilla de salud y el personal de administración. En los estudios realizados en otras latitudes, la planilla que atiende salud, es dos tercios y un tercio se asigna a administración.

Los depósitos que la CSS tienen en el Banco Nacional no ganan casi ningún interés y esos depósitos financian al sector privado con intereses blandos a costa de los asegurados y nadie hasta ahora ha tenido la entereza de resolver ese problema que genera los déficits que afectan al seguro en detrimento del PIVM.

Mafias internas de empresarios y funcionarios han desarrollado toda clase de acciones para destruir una de las columnas vertebrales de la paz social en Panamá. Empresarios que habiendo descontado a los trabajadores la cuota en más de cuatrocientos millones de balboas, no obstante, no la transfirieron al Seguro, fueron exonerados alegremente a inicios de la década del 90 por el gobierno del extinto Guillermo Endara Galimany, causando un grave perjuicio económico a la Caja. En la actualidad se ha descubierto un tremendo tamal, que encubre diversas maneras para sustraerle a la CSS lo que la actual Administración estima en más de trescientos millones en cuotas dejadas de pagar. Sin embargo, no se conoce de ningún empresario que, habiendo cometido el delito de apropiación de los dineros de La CSS, esté pagando en la cárcel, tal osadía, que ahora está tipificado como delito.

Hace algunos años se descubrió en la CSS una red de funcionarios con asegurados y médicos que hacían ver que aseguradas estaban en estado de gravidez, salían cientos de licencias y se pagaban, siendo absolutamente falso y constituyendo un delito de estafa y falsificación de documentos públicos y nadie ha pagado un solo real por los daños causados ni nadie ha visitado la Joyita.

En el Seguro Social existen muchas formas delincuenciales que atracan a mansalva a esa entidad tan importante en Panamá. Por ejemplo, hay un estudio que se está haciendo y que revela que, en la compra de software y aplicaciones, de máquinas que en muchos casos han terminado extrañamente en hospitales privados, igual que los medicamentos, especialmente, si son de altos costos. En Programas para computadoras se está haciendo una relación histórica que revela, hasta ahora, un verdadero asalto a la entidad de los asegurados panameños y ningún jefe de informática se ha hecho responsable, aunque a alguno escuché decir que él no decidía, sino que le imponían los contratos y los productos .

Otro canal de cómo se malgastan los recursos financieros de la CSS, es en equipo médico y medicinas en la se ha tirado por la borda miles de millones de balboas. Hace un par de años se compraron 30 aparatos de Endoscopios a un precio de 65 mil balboas cada uno y todos desparecieron. Igual caso ocurrió con sondas marcapasos, con Tomógrafos, e infinidad de equipos que hoy, o se han perdido, o por un tornillo no están funcionando.

Pareciera que existe una conspiración profunda con el objeto de rematar a como dé lugar a la Caja de Seguro Social, que en toda esta marejada de corrupción en que vivimos, ha sido una de las más graves víctimas, y muchos connotados centros hospitalarios privados, viven de los millonarios y leoninos contratos que tienen con la CSS.

Todo esto sin contar el escándalo que encierra la ciudad hospitalaria que se la está comiendo el monte, la humedad y las alimañas, contrariando desde un inicio las más elementales reglas de planificación hospitalaria y como evidencia suprema que no se quería resolver el problema de salud del pueblo panameño, sino encontrar un pretexto de grandes obras para poder robar y atracarnos en esa misma dimensión., en grande.

¡Por un país decente y una patria para todos!

¡Así de sencilla es la cosa!

*José Dídimo Escobar Samaniego*

Cédula: 7-84-41

Noche del miércoles 18 de abril de 2018

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