Por Ramiro Guerra. Abogado y cientista político. 08/12/2020.
No tomo a la ligera las diferencias que han quedado en evidencia con relación a Venezuela, por parte del ejecutivo y el Partido Revolucionario Democrático, el PRD.
Resulta evidente que el ejecutivo, el cuadro que escogió el partido para la presidencia, está muy distante de los principios y programas en lo relacionado con la política exterior.
Fácil escabullirse de la línea partidaria, escudándose en la norma constitucional que señala que el presidente dirige la política exterior.
Cuando la comunidad internacional, sobre todo países de orientación progresista, vieron que en Panamá el PRD había ganado las elecciones, lo celebraron.
La realidad fue otra. Algo de decepción. Muy a pesar de ello, el PRD, ha estado en paises como China y Cuba, profundizando sus relaciones fraternales con esos gobiernos y partidos.
Para mi, la línea torrijistas que prioriza la indepencia de los pueblos y el respeto a su soberanía y de amicable mediador de conflictos de otros países y en la región es lo que le conviene a nuestro país.
El alineamiento con factores de poder en el mundo del dominio geopolítico, no es conveniente.
Cierto que con los Estados Unidos nos relacionan intereses muy fuertes pero, de allí a conducirse como instrumentos de políticas de intervención y violación a la soberanía de países hermanos, hasta allá no debemos llegar ni aceptar.
