Transporte: ¿Por qué cambiar el viejo?

Ahora haremos un pequeño análisis del viejo sistema de transporte que con urgencia debió ser sustituido por otro sistema más moderno, racional y sostenible.

A mi juicio este sistema (me refiero a los diablo rojos) fue victima de dos contradicciones fundamentales, no entendidas ni mucho menos resueltas, la primera El interés mercantil de la pequeña propiedad individual (privada) vs La necesidad de las grandes colectividades urbanas en expansión. La segunda  contradicción fundamental a mi parecer El tipo de relaciones de trabajo que se estableció en esta actividad, una relación pre capitalistas, cuasi feudales, se le entrega la unidad a un siervo de la ciudad para que al final del día este entregue una cuenta o renta, es obvio que este tipo de relación de trabajo, no recluto ni reclutará una mano de obra eficiente y avanzada, por el contrario la precariedad laboral, recluta a lo mas inconsciente e indisciplinado de los trabajadores por regla general.

Analicemos un poco la primera gran contradicción no resuelta por el viejo sistema El interés mercantil de la pequeña propiedad individual (privada) vs La necesidad de las grandes colectividades urbanas en expansión. Para comenzar cave preguntarnos si alguna vez o en algún lugar del mundo, la pequeña propiedad privada ha podido hacerle frente con efectividad y eficiencia a la demanda sostenida e intensa de las grandes mayorías de las urbes industriales capitalistas modernas y pos modernas, en lo personal no se me ocurre ningún ejemplo exitoso.  Traducido en panameño no creo que 1500 buses en manos de 900 dueños individuales no subordinados a una corporación puedan resolver el problema de transportar eficientemente a una masa laboral de casi un millón de personas.

El propietario o dueño del medio en términos generales era un propietario individual que muy raras veces logro evolucionar a pequeño propietario con mas de tres unidades, no es cierto que la norma en este sistema fue la de grandes propietarios con decenas o centenares de unidades que permitieran darle un carácter masa o menos homogénea a la administración del sistema por el contrario las terminales o rutas estaban desgobernadas (por no decir que cada propietario hacia mas o menos lo que le daba la gana, sometiéndose únicamente a la obligación de respetar las pocas reglas que le garantizaran algo de manera muy personal) lo que no permitió que los propietarios entendieran las necesidades de la población mas allá de que necesitamos transportarnos.

Es característica en nuestro sistema (capitalista) que los propietarios se crean soberanos absolutos en lo que se refiere a su propiedad privada, no importa el tamaño de la misma.  Bajo esa premisa todos actúan como si nadie puede o debe intervenir ni opinar en torno a su propiedad privada, ahora imaginémonos un grupo de transportistas de 40 o 50 propietarios que actúen guiados por esa máxima…El resultado fue el sistema de transporte que teníamos, caótico.  A ello debo sumar luego de la invasión la desaparición gradual de la única estructura que más o menos los agrupaba a la cual debían un mínimo de obediencia y a quien los gobiernos anteriores admitían como vocero único y autorizado SICOTRAC.  El resultado fue; para los trasportistas debilidad estructural y para la sociedad el desmejoramiento del servicio hasta llegar a la anarquía y semiparálisis.  Por ello era urgente sustituir el carácter de la propiedad ya sea por la vía de la gran empresa privada (lo que intento este gobierno) la gran empresa estatal (en cualquiera de sus formas) la gran empresa cooperativa (de transportistas o de usuarios) o la gran empresa mixta (estado + cualquiera otro).

La segunda contradicción, la forma de relación con quien trabaja es decir con quien opera el sistema, repito lo que señale en el artículo anterior “la precariedad laboral no recluta mano de obra de calidad”  Para reclutar trabajadores de calidad era urgente equiparar a los trabajadores del trasporte a el resto de los trabajadores del país que mínimamente perciben las distintas coberturas de la seguridad social y de la certeza de un salario por igual trabajo.

Esto último ahuyenta la incertidumbre del ingreso, desalienta la práctica del capitalismo salvaje de la lucha sin reglas por los usuarios (explicación del manejo desordenado y fuente de los accidentes).  Un número importante de los conductores del viejo sistema eran o provinieron de los desertores escolares educados sin reglas en términos generales y sobre todo proclives siempre a incumplir normas y retar todo tipo de autoridad, que primero se convirtieron en los temidos pavos, hasta que alcanzada la mayoría de edad para conducir ascendieron al rango de conductores groseros, que a nadie agradaban.

Es evidente he indiscutible que este cuadro debe ser sustituido en su totalidad, la cuestión o proyecto a construir es el que debe sustituirlo, de lo que estoy seguro es de que la propuesta del gobierno no ha resuelto el problema, por el contrario con la improvisación lo esta agravando.

Por: LORENZO BAYANO

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