Transfuguismo: entre beneficios y recompensas

EDUARDO MENDOZACARLOS ALBERTO VARGAS
El diputado colonense Nelson Jackson llevó en febrero de 2011 a su circuito –que comprende Portobelo y Palmas Bellas– dos nuevas ambulancias, valoradas en $280 mil.
Gabriel Méndez y Abraham Martínez dicen que ahora los ministros sí le atienden las llamadas para darle seguimiento a sus proyectos en sus circuitos, el 8-8 y 8-6, respectivamente. Afirman que tienen acceso directo a la Presidencia de la República.
Otros diputados que se cambiaron aún esperan los acueductos, estadios, proyectos de viviendas y carreteras que les prometieron a sus circuitos a cambio de pasarse a otros partidos.
Todos ellos estaban en colectivos de oposición y se pasaron al Gobierno. Unos han logrado cosas impensables de obtener; otros, a pesar de haber saltado, no han tenido la misma suerte.
En el período legislativo (2009-2014), el partido Cambio Democrático (CD), solo logró 14 curules, pero ahora tiene 37 diputados. Su aliado en el gobierno, el Molirena, de 2 diputados obtenidos en las urnas, ahora tiene 6.
Mientras que los partidos de oposición han visto cómo sus colegas, de la noche a la mañana se han cambiado de bancada. El PRD, que logró 26 curules en las elecciones, ahora tiene 17; y los panameñistas, que lograron 21 diputados en los comicios generales, ahora tienen 11 (Ver cuadro en página 4A).
Para algunos tránsfugas, pasarse al gobernante CD no solo ha resultado la obtención de más partidas, sino también que la justicia los mire con otros ojos más piadosos en procesos judiciales en curso.
El caso más emblemático es el del alcalde de San Miguelito, Héctor Valdés Carrasquilla, que en enero de 2011 fue sobreseído provisionalmente de un delito de supuesto peculado por $250 mil contra el patrimonio del Municipio de ese distrito. Solo cuatro meses antes se había pasado del PRD al CD.
También el alcalde de Chame, Euclides Mayorga, y el alcalde de Colón, Dámaso García, han visto cambiar su suerte en los tribunales de justicia, donde tienen procesos pendientes, luego de que se pasaron hace más de un año al partido gobernante.
Mayorga ha sido sobreseído al menos en dos de tres expedientes que se le adelantaban por venta de tierras y por perjuicio económico al Municipio de Chame.
García fue acusado de aprobar la creación de seis empresas mixtas que realizaban supuestos cobros ilegales de estacionamientos públicos. Por este proceso fue separado de su cargo el 4 de mayo de 2010, por orden del gobernador de Colón, Pedro Ríos.
García regresó a su puesto el 22 de diciembre de 2010 y el 13 de septiembre de 2011 se inscribió en CD.
Las cosas cambiaron en los tribunales para él cuando el 24 de octubre de 2011, la entonces fiscal Yolanda Austin solicitó su sobreseimiento.
En las alcaldías el transfuguismo no se ha detenido. CD logró seis municipios en las elecciones de 2009: de Aguadulce, Arraiján, Changuinola, Kankintú, Kusapín y Las Minas.
Hoy día tiene 43 alcaldías, incluyendo las más importantes del país: la ciudad de Panamá, Colón y San Miguelito (Ver mapa en esta página).
TRANSFUGUISMO, IGUAL A OPORTUNISMO
Y es que el transfuguismo es sinónimo de oportunismo, concuerdan los analistas políticos.
“La naturaleza misma de la política es el oportunismo. Los principios y la ética son excepciones en dicha profesión. Esperar que haya una clase política en la que predomine la ética sobre el oportunismo es pedirle peras al olmo”, señala Juan Carlos Hidalgo, analista de Políticas Públicas sobre América Latina Centro para la Libertad y Prosperidad Global, al opinar sobre este fenómeno que no es nuevo en Panamá, pero que ha arreciado en los últimos tres años.
Por eso Hidalgo dice creer en un Estado pequeño, en el que los políticos tengan un poder reducido sobre la economía y la sociedad civil de un país.
Sostiene que en sistemas políticos como los latinoamericanos, los electores votan por listas de partidos políticos y no por los candidatos específicos.
En este caso, cuando un diputado cambia de colectivo político, se puede argumentar que está violando la voluntad de los electores que votaron por el partido político que representaba y no por él como candidato, dijo.
“Creo que la mejor manera de solventar esta situación es cambiando la forma en que se eligen los diputados hacia un sistema directo en el que la gente vote por candidatos y no por listas de partidos”, indicó el analista.
LA ESTAFA POLÍTICA
Para el director del Instituto para la Democracia Electoral en América Latina y el Caribe, Daniel Zovatto, el transfuguismo se trata de una conducta que para algunos atenta contra la voluntad popular y constituye incluso un ejemplo de corrupción personal.
Según Zovatto, el comportamiento tránsfuga debilita el sistema de los partidos políticos, favorece la inestabilidad política partidaria, afecta la credibilidad, no solo del tránsfuga en cuestión, sino de la clase política, deteriora la cultura democrática y distorsiona la representatividad surgida de las elecciones.
El analista político califica la figura del transfuguismo como una “estafa política” al ciudadano, que ve modificada la expresión de su voluntad política; debilita los partidos políticos, puesto que la correlación de fuerzas resultantes de las elecciones sufre modificaciones que afectan a los demás elementos del sistema político, y genera la posibilidad de un sistema corrupto, debilitando la clase política ante la ciudadanía.
En tanto, para el analista político panameño Edwin Cabrera, el transfuguismo exacerbado que ha habido durante esta administración, al único sector que hace perder es a la clase política en su conjunto.
Esta situación ha dejado en evidencia que los partidos políticos en Panamá no se interesan en buscar a ciudadanos con ética política; muy por el contrario, buscan candidatos que les aseguren una cantidad importante de votos en los diferentes niveles, particularmente en el nivel presidencial, opinó.
Apartados de una ideología política, todo se reduce a el electoralismo puro y duro, lo que trae como consecuencia la falta de lealtad para con los colectivos políticos.
Además, el analista no entiende tantas migraciones hacia CD o Molirena, porque no se ve una agenda a seguir para beneficio de toda la sociedad dentro del pleno legislativo. Lo mismo ocurre en el nivel municipal, recalcó.
A su consideración , lo más penoso sería tener que reconocer, al final, que los tránsfugas tomaron sus decisiones buscando impunidad a una diversidad de actos que riñen con la justicia, y si fuera así, el problema sería más grave aun, ya que estaríamos asistiendo al entierro institucional de los tres órganos del Estado, lo que a su vez profundizaría la crisis político-institucional por la que evidentemente transita la democracia panameña. (Con información de Isidro Rodríguez, Eric Montenegro, Amada Racero, Zabdy Barría, Edilsa González, Vielka Corro, Víctor E. Rodríguez, Eduardo Espinoza, Flor Bocharel, Pedro Rodríguez, Isabel Castro).
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