Todo el apoyo al paro docente

Desde que asumió su cargo, la ministra de Educación, Lucy Molinar, manifestó su interés de realizar cambios en el esquema administrativo y académico a cargo de su Cartera.  Pasados dos años de gestión, su Administración no solo no ha podido resolver problemas de vieja data como el gobierno Martinelli aseguró que haría, sino que ha ahondado otros al punto de que se está perpetrando un grave perjuicio a la educación: las escuelas siguen evidenciando un deterioro físico cada vez mayor, las condiciones para el proceso de aprendizaje son lamentables, hay comercio de cargos directivos y de nombramientos de docentes y funcionarios, ha habido licitaciones maculadas de nepotismo y se ha cometido la torpeza de tratar de acallar la voz de los docentes a base de promesas de aumentos salariales, amenazas y persecución a sus dirigentes y aplicación de campañas de desprestigio que tratan de manchar a todos los miembros del Gremio.

Pero lo más desastroso han sido los resultados de la experimentación llevada a cabo con respecto a la Reforma Curricular.  Concebida con objetivos claramente economicistas que buscan romper con el principio de integralidad educativa en aras de lograr personal calificado en tiempo perentorio, dicha reforma ha fracasado estrepitosamente.

Los estudios científicos realizados para la medición de sus resultados no han podido ser desvirtuados por la Ministra de Educación y su equipo, y han demostrado que la reforma ha ocasionado un serio daño, no solo al Sistema, sino (lo que es lo más importante) a los estudiantes que, con ella, están siendo sacrificados en el altar de la codicia de quienes quieren formar autómatas de mente impresionable, acrítica y controlable.

Ante esta situación, considerando el mejor interés de la juventud panameña, saluda y acoge los llamados al diálogo de los gremios docentes y conmina al Ministerio de Educación a que los acepte seriamente, con el propósito primordial de que cese la improvisación y el enfoque acientífico y mercantil que trata de imponerse a la educación en la actualidad, en aras de que esta sea verdaderamente integral, racional y consecuente con las necesidades nacionales.

Pueblo panameño, padres de familia, estudiantes, si en el transcurso de los próximos días los gremios docentes se ven obligados a convocar un Paro Nacional la responsabilidad corresponde exclusivamente a la ministra Lucy Molinar y a su equipo, que se ha negado hasta el momento a establecer un diálogo serio con los gremios sobre los múltiples problemas que aquejan a la educación nacional.

Apoyemos las demandas de los gremios de educadores y el Paro Nacional como último recurso para forzar a la administración y al gobierno de Martinelli a dialogar y buscar soluciones democráticas y consensuadas para la crisis educativa.