¡Robar enferma. Esa es la moraleja! ¿Por qué Varela no persigue a Martinelli por corrupción?

Por Cecilio E. Simon E. Redacción de Bayano digital

El Papa Francisco asegura en su libro Corrupción y Pecado, escrito en el año 2015 cuando todavía era cardenal de Buenos Aires, el cual saldrá la venta el domingo 23 de junio: “El corrupto tiene cara de yo no fui… merecería un doctorado honoris causa en cosmetología social”.
Durante su lastimera comparecencia en la audiencia ante el Juez de Garantías en la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Martinelli quien llegó a Panamá extraditado desde los Estados Unidos se frotó los ojos, pretendió llorar, y clamó justicia con cara de yo no fui.
•“Estoy muy enfermo, tengo graves problemas del corazón, cuatro bypass, taquicardia, presión alta, problemas de la próstata, no puedo orinar, creo que es cáncer… ahh también tengo glaucoma. Durante mi detención en Miami no recibí atención médica”.
Sus abogados presentaron los exámenes médicos realizados en el penal donde fue recluido y que fueron reiterados por un facultativo presente en la Corte, quien tomó el pulso del expresidente y dictaminó una arritmia que podría conducir a una muerte súbita.
La puesta en escena incluye las alarmantes declaraciones de su defensa técnica y política. “El gobierno de Varela no cumplió con la orden del Departamento de Estado y ha puesto en riesgo la vida de Martinelli”. Aducen además, que por el carácter crónico de su patología, no debe permanecer en la cárcel.
Durante toda la jornada los argumentos giraron en torno al debido proceso y la precaria salud de Martinelli. Nada se dijo de los derechos de las víctimas del caso que lo lleva a juicio.
La violación de los derechos humanos y con ello la deuda de sangre de su régimen, con un saldo de decenas de muertos y de heridos, algunos cegados por disparos en la cara durante la represión en Bocas del Toro, Colón y Chiriquí, pasó a un segundo plano.
La corrupción sistemática, sustentada en el plan económico diseñado por el Ministro de Economía y Finanzas del Partido Panameñista, que continúa en ejecución en la administración Varela, está fuera de la agenda.
La CIA colaboró con Martinelli para realizar los pinchazos
De acuerdo a Wikyleaks, la embajadora Barbara Stephenson informó al Departamento de Estado en julio de 2009, que Martinelli solicitó utilizar la infraestructura de la DEA para espiar a sus rivales políticos y protegerse de potenciales maniobras desestabilizadoras por parte de “gobiernos izquierdistas de la región”. De acuerdo al informe de la embajadora, la agencia dejo claro que no ampliaría el programa “para incluir objetivos políticos”.
La misma embajadora calificó a Martinelli como un aliado poco confiable por su tendencia al acoso y al chantaje. Ese carácter se manifestó en la carta que asegura su amplia colaboración con la CIA, que seguramente incluyó el establecimiento del sistema de espionajes a sus adversarios políticos y comerciales, lo cual fue negado por la DEA.
¿Por qué Varela no persigue a Martinelli por corrupción?
“La corrupción no es un acto, sino un estado personal y social en el que uno se acostumbra a vivir”, dijo en su libro el sumo pontifice. Para Juan Carlos Varela acostumbrado a vivir en ella, la transparencia una hueca frase publicitaria. “Caiga quien caiga” es hablar de la soga en la casa del ahorcado.
Esto explica por qué el trámite de extradición a Ricardo Martinelli se limita al caso de los llamados pinchazos y se inhabilita al Estado panameño de juzgarlo por los catorce casos de corrupción en los que se le vincula, incluidas las coimas de Odebrecht, Finmeccanica, etc.
Para el presidente no es relevante la corrupción, su propósito es confrontar el carácter chantajista de Martinelli y desacreditar las evidencias recopiladas con inteligencia no autorizada, que perderán su valor como prueba idónea para llevar a juicio a Varela.
¡Robar enferma. Esa es la moraleja!
Luego del prologado debate sobre la salud y el debido proceso, Martinelli fue internado en un hospital público (no en uno privado como demandó su defensa).
•Sin duda la puesta en escena de Ricardo Martinelli Berrocal, lo hace merecedor del doctorado honoris causa en cosmetología social, sugerido con ironía por el Papa Francisco.

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