Relaciones de Panamá con EE UU

img_tratadoTCFrente a las recientes declaraciones del Presidente de la República, en el sentido de que se justifica la eliminación de la cátedra de Historia de las Relaciones de Panamá con los Estados Unidos, en nuestras escuelas y universidades, porque genera sentimientos antiestadounidenses, los ciudadanos que participamos del Movimiento de la Identidad Panameña nos sentimos indignados. En consecuencia, nos sumamos al clamor ciudadano en favor de que esta asignatura sea reinstaurada donde haya sido eliminada y respetada donde aún sobreviva, en el contexto del pensum escolar y universitario de la República de  Panamá.

Denunciamos:

Las referidas declaraciones públicas del Presidente de la República son lamentables por cuanto revelan una identidad condicionada y excesivamente complaciente a los intereses de los E.U.A. por parte de nuestro mandatario.

Consideramos que esta asignatura debe darse de manera actualizada y objetiva, sin prejuicios ni animadversión contra otras naciones, pero siempre en defensa de la descolonización y de la recuperación de la integridad territorial y la soberanía de nuestro país, así como de la memoria histórica y de la identidad panameña. Los panameños no tenemos porqué convertirnos en relacionistas públicos de E.U.A, o de algún otro país en el mundo, en desmedro de nuestro derecho a conservar y actualizar el conocimiento del pasado nacional, a defender nuestros intereses económicos, políticos y culturales, y a fortalecer nuestra identidad y proyecto nacional.

La disminución de horas de enseñanza de las asignaturas de historia de Panamá y la absorción de las Relaciones de Panamá con Estados Unidos, en una síntesis general, en escuelas y universidades, promueve la pérdida de memoria histórica y de identidad de panameños, entre jóvenes y adultos, además de perjudicar el relevo generacional de nuestros historiadores por la consecuente contracción de su ámbito laboral.

La propuesta de eliminar esta asignatura responde a una directriz neoliberal y utilitaria extranjera de reducir horas de estudio de las historias nacionales en general, con el objetivo de fortalecer la capacitación técnica y el aprendizaje de las ciencias exactas y naturales, en detrimento de las humanidades, con la intención de atender necesidades del mercado nacional y global, eliminando materias para la formación de la persona, llevándonos hacia importantes carencias en el sentido de valorar las raíces compartidas, responsabilidad social, solidaridad universal y nacional entre panameños. Esto se dirige a entrenar autómatas en vez de formar ciudadanos.

Argumentamos:

Las identidades nacionales se construyen de manera dinámica y relacional frente a otras identidades: la identidad panameña, a partir de 1850, se construyó en relación de conflicto y colaboración con el neocolonialismo norteamericano en el Istmo. Por su parte, la identidad estadounidense, y la zonian en particular, fueron la contraparte más poderosa de la identidad panameña republicana, convirtiéndose en su “otro significativo”, como explica la antropología simbólica, reemplazando a España y a Colombia en esa función, en épocas anteriores de nuestra historia.

La memoria histórica es la base sobre la que se construye y renueva la identidad nacional. Y sin identidad nacional, mal puede un Estado diseñar un proyecto incluyente, donde todos los panameños podamos reconocernos y sentirnos representados.

La asignatura de Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos es columna vertebral de la historia republicana de Panamá, incluyendo nuestra separación de Colombia, el protectorado, el enclave de la Zona del Canal, como también la creación y consolidación de la República de Panamá, hasta nuestros días. Y no excluye miradas más amplias y globales de nuestras relaciones internacionales sino que, por el contrario, las centra en el contexto de la nueva colonialidad.

Esta cátedra tiene vigencia hoy, porque los EUA continúan siendo el principal cliente del Canal de Panamá; porque Panamá ha suscrito un Tratado de Promoción Comercial con ese país con serias consecuencias de debilitamiento del sector agropecuario nacional;  porque el tema de la lucha con el narcotráfico ha generado un convenio internacional que permite la construcción de bases aeronavales y exige una inversión considerable del presupuesto de Panamá, sin evidentes resultados de éxito; porque también somos objeto de espionaje por parte de los E.U.A.; y por la cláusula De Conccini, en el Tratado Torrijos-Carter, que compromete la soberanía del Estado nacional. Son éstos algunos de los más importantes asuntos bilaterales con la primera potencia mundial en el presente.

Las necesidades sociales, políticas y comerciales actuales de nuestro país exigen consolidar la soberanía del Estado panameño, diseñar un proyecto nacional de largo alcance, cuya política exterior sea más proactiva y diversificada que hasta el momento, partiendo de la experiencia de la relación bilateral con los E.U.A. para redefinirla en términos descolonizadores entre las naciones.

Proponemos:

Reinstaurar la cátedra de Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos, con el mandato legal y el presupuesto necesario para actualizar la asignatura y sus textos; capacitando a sus docentes con aproximaciones más integrales y científicas que hasta ahora se hayan adoptado y con la implementación de tecnologías educativas de punta.

Utilicemos la asignatura de las relaciones bilaterales con EUA  para repensar las opciones de Panamá dentro y fuera de este binomio, superando abordajes estrechos de la geopolítica de Panamá a través de la historia. Desde la autocrítica nacional de las Relaciones de Panamá con EUA, podremos contemplar las opciones que se nos presentan en el presente para diversificar y ampliar nuestra política internacional y de lo que esto significa para desarrollar nuestras mejores alternativas de integración regional.

Liberémonos de la visión meramente curricular del estudio de la historia: adoptemos la pedagogía para educar en una ética movilizadora; superemos la descripción de hechos históricos visibilizando la ruta vivida y por vivir, por la nación panameña, para alcanzar la soberanía del Estado Nacional, democrático y popular, de modo que la juventud  reconozca su derecho a la participación democrática y su responsabilidad en la consolidación de esa meta.

Por último, reiteramos nuestro llamado sobre la urgente necesidad de que los panameños  recuperemos nuestra memoria histórica y fortalezcamos la identidad nacional. Manifestamos que nuestro Movimiento rechaza cualquier discurso chauvinista sobre supremacías étnicas y que, por el contrario, adoptamos el discurso de la descolonización y la diversidad cultural de Panamá, en sintonía con nuestro entorno latinoamericano y caribeño, que deberá impulsarnos a construir una sociedad libre, sostenible, equitativa e intercultural para recorrer juntos el siglo XXI.

 

Coordinadores de este Comunicado: Ana Elena Porras, Ricardo Ríos, Eduardo Flores

 

Dado en Panamá, República de Panamá, el 18 de enero de 2014

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