Palabras del obispo de Colón sobre los afrodescendientes

Año Internacional del Afrodescendiente

En nuestra  celebración diocesana de hoy, hemos querido hacernos eco en este año declarado por la ONU: Año Internacional de los Afrodescendientes: Así nos lo señala la ONU: “Se proclama el año que comienza el 1º de enero de 2011 año internacional de los afrodescendientes, con miras a fortalecer las medidas nacionales y la cooperación regional e internacional  en beneficio de los afrodescendientes e relación al goce pleno  de sus derechos económicos, culturales y políticos,, sociales, civiles y su participación e integración en todos los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad, y la promoción de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de su herencia y su cultura”.

Es muy positivo que se reconozca una herencia y una cultura que tiene los mismos valores de cualquier cultura de la raza humana. Para Dios no hay diferencia entre los seres humanos, todos estamos llamados a formar parte de su familia. Él nos ofrece la posibilidad, en la libertad, de que sigamos su camino. El hombre muchas veces en su terquedad se aparta de los caminos del Señor y se cree superior a los demás, llevándole a despreciar al mismo ser humano por su origen, su raza, su religión o su condición social.

El Documento de Aparecida nos dice que: “Hoy, los pueblos afros están amenazados en su existencia física, cultural y espiritual; en sus modos de vida; en sus identidades; en su diversidad; en sus territorios y proyectos”. (cf. Ap 90).

Hay que señalar que la Provincia de Colón, también está marginada y muchas veces olvidada. Por lo tanto, deseamos que las autoridades de esta provincia se propongan dejar un mejor Colón que el que se encontraron; con mejor educación, mejor servicio de salud, más seguridad y, sobre todo, que cada colonense o quien viva en esta tierra, viva dignamente. Para ello, podemos contar con la energía de este pueblo, que posee las características de un pueblo luchador, que sabe levantarse de las cenizas y defender sus derechos. Sabemos que a pesar de las condiciones difíciles que le tocan vivir al ser humano, el mismo, si se lo propone puede salir adelante, y triunfar en la vida.

Unido a las dificultades en las que vivimos, tenemos que señalar que nuestra sociedad, cada vez se materializa más y a diario vemos sus consecuencias, una codicia por el dinero que genera corrupción; un egoísmo que lleva a encerrarnos más en sí mismo; la mentira generalizada en chicos y grandes; no olvidando la sociedad consumista en la que vivimos que lleva a buscar el dinero fácil a cualquier precio. Todo esto destruye a la persona y causa daño a la sociedad.

Nos dice también el Documento de Aparecida que: La historia de los afroamericanos ha sido atravesada por una exclusión social, económica, política y, sobre todo, racial, donde la identidad étnica es factor de subordinación social. Actualmente, son discriminados en la inserción laboral, en la calidad y contenido de la formación escolar, en las relaciones cotidianas y, además, existe un proceso de ocultamiento sistemático de sus valores, historia, cultura y expresiones religiosas. En algunos casos, permanece una mentalidad y una cierta mirada de menor respeto acerca de los indígenas y afroamericanos. De modo que, descolonizar las mentes, el conocimiento, recuperar la memoria histórica, fortalecer espacios y relaciones interculturales, son condiciones para la afirmación de la plena ciudadanía de estos pueblos”. (Ap. 96)

Con seguridad el Documento de Aparecida nos señala situaciones que no escapan a nuestra realidad. Ante esa situación cabe de parte nuestra un gran esfuerzo por educar en los valores. Es necesario hacer el bien siempre; ser justos en todo; cumplir con la palabra dada. Es hora de volver a valorar el trabajo bien hecho, la honradez, cumplir con los compromisos, cumplir bien los deberes. Por tanto, es importante sembrar valores en la educación, en la familia, en la vida pública, en los medios de comunicación. Entre todos emprendamos una cruzada de valores que encuentren en Dios su fundamento; esto no requiere de dinero, requiere del interés de la persona, del esfuerzo de todos para una vida más digna. Causa tristeza y empobrece el atropello y el abuso a los demás, sobre todo al más débil.

La corrupción que muchas veces equivocadamente, pensamos que solo es defecto del funcionario público se observa en todos los aspectos en nuestra sociedad, desde el que no rinde en el trabajo para el que se le ha contratado, hasta aquel que no trabaja y vive como parásito a expensas de los demás. El estudiante que no estudia y utiliza métodos inapropiados para superar las pruebas académicas, hasta el profesor que compra diplomas falsos para poder trabajar. Desde el que roba una hoja de papel hasta el que roba millones.

Tenemos que ser hombres y mujeres con esperanza de alcanzar la vida eterna. Conscientes que las cosas de este mundo pasan. Desde luego, que cuando se deja de lado los valores, vamos seguros a la destrucción de la misma sociedad, como muchas veces nos toca ver. La vida es mucho más que buscar el beneficio material.

Las dificultades son grandes, pero si a esto le añado mi pereza, mi desanimo, mi tristeza, la falta de esfuerzo, el descuido personal, el trabajo mal hecho. No es entonces un problema de pobreza, es mucho más grande, porque es degradación de la persona humana. No hay valores ni motivaciones.

Y como cristianos, Cristo tiene que ser nuestra motivación principal en nuestra vida. Tenemos que poner la mirada en Dios que nos ha puesto en este mundo para que seamos felices, poniendo todas nuestras capacidades para lograr las metas que nos proponemos. No nos engañemos: Ni el paternalismo ni el populismo de los gobiernos serán la solución a nuestros problemas.

Nuestro pueblo colonense es muy religioso. Aquí en cada esquina hay un templo, sin embargo contrasta con el que seamos señalados como la provincia más violenta del país. Por eso, tenemos que trabajar todos para que en Colón prevalezca lo bueno, lo noble; que se aprovechen todos los recursos para que además de una ciudad portuaria y una ciudad comercial, donde se maneja gran parte de la economía del país, también pueda mostrar las bellezas de sus recursos naturales. Pero, sobre todo, que se destaque su principal riqueza, y esa

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riqueza sea su gente. No podemos olvidar que de esta provincia grandes hombres y mujeres han destacado en la cultura, la música, la política y el deporte.

 

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Paginas web que comunican e informan al trabajador. Marketing Sindical. www.monagrillo.net

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