Nuestro país lamentablemente continúa sin un proyecto nacional estratégico de desarrollo, marchamos acorde a las promesas electorales quinquenales que conlleva a que los partidos políticos de tradición clientelista continúen usufructuando de los recursos que provee el Estado.
El pueblo engañado por promesas de políticos lo cual es llevado de la mano de la miel de soluciones inmediatista, porque no le interesa resolver los graves problemas estructurales que enraíza la pobreza, marginalización y a las desigualdades.
Cuando los recursos son insuficientes, estos políticos que representan a la clase burguesa y oligárquica, acude a los empréstitos para seguir endeudando al país.
Para la clase trabajadora le es preocupante que a la fecha julio de 2015 la deuda externa del país haya ascendido a la mágica suma de B/19,315 millones, deuda impagable, pero que le sirve a la clase pudiente continuar enriqueciéndose a costa del sacrificado pueblo panameño.
La clase trabajadora ante esa continuidad de la clase explotadora que sigue engañándonos a través de los aparatos ideológico del estado, privativamente con los medios de comunicación masivo que salvaguardan sus intereses, tenemos que rebelarnos con hidalguía frente a ese poder que trunca todo progreso social de convivencia armónica del disfrute de la riqueza que todos producimos con nuestro sudor e inteligencia.
El despertar nuestro tiene que darse, debemos pasar de la lucha meramente reivindicativa economicista a una lucha de carácter mucho más profunda que ponga en el tapete la crisis del sistema capitalista y su modelo neoliberal.
Advertimos del peligro histórico de la conciliación de clase y en concreto con el gobierno neoliberal de continuidad, su clase en estos momentos ha representado en lo más absurdo su naturaleza corrupta e inescrupulosa, le han saqueado la riqueza a nuestro pueblo, el mismo sigue pasando hambre, aumenta la pobreza y extrema pobreza, aumenta las desigualdades, nuestro pueblos originario en el abandono, la salud colapsa, la educación sin esencia histórica, nuestra juventud prefiere emigrar a la cosa fácil y al pandillerismo, la comida no la estamos produciendo poniendo en peligro la seguridad alimentaria, el ambiente desnaturalizada por culpa de los famosos proyectos inmobiliario, y el costo de la vida y la crisis la sigue cargando nuestro sufrido pueblo trabajador.
Organicémonos en un Poder para rescatar la nación panameña de la manos de los corruptos, de las transnacionales y de la banca.
Por: Licenciado Alfredo Graell.
