“Llamamiento por la paz en Siria y el despertar por la izquierda europea”, Manifiesto al que se adhiere IH

Publicado el 13/02/2012 por Izquierda Hispánica.

El blog Por la Paz en Siria pidió a Izquierda Hispánica adherirse y publicar el siguiente manifiesto-llamamiento, titulado “Llamamiento por la paz en Siria y el despertar por la izquierda europea“. Debido a la situación internacional que vivimos, y al compromiso de Izquierda Hispánica frente al imperialismo depredador euroyanki y contra el islamismo yijadista, lo publicamos íntegro, junto con unos adendos finales por nuestra parte:
La expresión eje del mal fue utilizada por primera vez por el presidente de los Estados Unidos George W. Bush en su discurso del Estado de la Unión el 29 de enero de 2002, tres meses después de comenzar la guerra de Afganistán, para describir a los regímenes que según Estados Unidos apoyaban el terrorismo, o sea para señalar a las naciones que no se doblegaban ante el dictado de Washington.  Las que Bush mencionó en su discurso fueron Irak, Irán y Corea del Norte, a los cuales posteriormente se añadieron Libia, Siria y Cuba. Más tarde se agregaron otros cuatro estados más: Bielorrusia, Mianmar, Sudán y Zimbabwe y en más de una ocasión hubo alusiones claras a China, e incluso Rusia. La globalización neoliberal conducida con esplendor por los Estados Unidos requería un claro dominio de la cultura occidental sobre todo el planeta. Solo desde este punto de vista es como se entiende mejor la tesis de Samuel Huntington. Mientras hubiera disidencia de naciones se produciría un choque de civilizaciones. La asimilación y aculturación de todos los pueblos y culturas al orden norteamericano ha sido diseñada por su amigo Zbigniew Brzezinski el gran estratega militar y mediático, que al término de la guerra fría estableció las prioridades para la hegemonía global estadounidense. Era obligado extender a todas las naciones, con independencia de la civilización de la que provengan, el modelo de democracia y derechos humanos occidental de manera que se lograra un mundo ordenado,  homogéneo y de pensamiento único. Este era en resumen la aspiración expresada por Francis Fukuyama en su famoso artículo EL FIN DE LA HISTORIA.
De los once países menores de la lista, los EEUU han destruido, desde entonces, tres de ellos, Irak, Afganistán y Libia, con más de cientos de miles de muertos en los dos primeros y de 50.000 el tercero.
No han podido hacerlo con Bielorrusia por la firme oposición de Rusia con la que ya no contaron tras el desencuentro con Putin a comienzos de 2005. Tampoco lo consiguieron con Zimbabwe, ni con Myanmar ni con Corea del Norte por la apuesta firme que China ha hecho para impedirlo, una China, sin duda, que ha acelerado su entrada en la escena mundial, tras el desastre de las economías de los EEUU y la Unión Europea.
Después de haber destruido Libia, ahora buscan la devastación de Siria y ya se anuncia la de Irán como la siguiente. Como puede apreciarse, el plan estaba claramente trazado de antemano, aunque la Gran Recesión ha acelerado su cumplimiento a marchas forzadas. Túnez y Egipto no estaban en la lista, eran países sometidos al dominio de Occidente y como se comprueba tienen un tratamiento bien distinto, lo mismo que Bahrein o Marruecos. El estallido de la rebelión popular pilló desprevenidos a Francia, Gran Bretaña y EEUU, los cuales siguen teniendo un gran control sobre su comercio y mucho más sobre sus Fuerzas Armadas y Servicios de Inteligencia.
En Libia ha ocurrido todo lo contrario. Se ha destruido un Estado, se han devastado las ciudades con varios miles de operaciones de bombardeo, empleando los drones (naves sin tripulación) norteamericanos y cientos de cazabombarderos con apoyo de submarinos, fragatas, y los medios de guerra de destrucción masiva más sofisticados. Todas estas operaciones han sido veladas y censuradas a los telespectadores, para no provocar reacciones de parte de los sentimientos humanitarios de los ciudadanos, en un alarde mediático de prefabricación de imágenes y noticias noveladas siguiendo el patrón conductista. Ahora comienzan a llegar testimonios de periodistas independientes que lo presenciaron y nos dejan atónitos.
Cada día que se investiga más y más lo sucedido en los países árabes, descendiendo al análisis de las noticias, correlacionando unas con otras, se llega a la inevitable conclusión de que la llamada “primavera árabe” ha sido la obra maestra de unos servicios de inteligencia occidentales muy coordinados con el predominio mediático para desatar las contradicciones tribales de estos pueblos de religión islámica. En aquellos países como Libia y Siria, cuyas cúpulas estatales no han estado sometidas al poder comercial, financiero y militar de los EEUU, Israel y sus aliados, como ha sido el caso de Túnez y Egipto, la desestabilización social se ha de completar con el derrocamiento de un régimen por medio de la guerra.
Servicios de Seguridad, diplomacia, presión militar, financiamiento masivo, compra de voluntades, conspiraciones de palacio, etc. todo un entramado que ha requerido de tres elementos básicos: el dólar, la tecnología y las armas. En la actualidad se ha añadido otro más: el control mediático de la percepción de las poblaciones occidentales, manipulando sus sentimientos y valores, como la democracia y los derechos humanos, dando la espalda a esta campaña bélica de destrucción masiva de colectividades y pueblos que hasta hace bien poco eran sujetos de la pacífica Cooperación Internacional al desarrollo y de una Alianza de Civilizaciones. Una magistral operación de conductismo ciudadano para dar cumplimiento al plan de ordenación del mundo divulgado por George W. Bush.
Se trata de la misma táctica empleada en la guerra fría pero perfeccionada, en la actualidad, gracias a los grandes avances técnicos en las comunicaciones y el transporte operados en la década de los 90. Se va comprando a las disidencias nacionales, refugiadas en las capitales occidentales, proporcionándolas poder económico y político, se capacita y organiza un ejército de nativos, descontentos del país y se hace caer sobre ellos una lluvia de dólares y armas de tecnología punta. Se les promete un botín si logran sus objetivos. Van a ser la nueva clase dirigente y las fuerzas mercenarias la médula del nuevo ejército nacional.  Es el plan sempiterno del conquistador.
Este conductismo mágico se consigue gracias a la Televisión capaz de ofrecer la imagen en tiempo real que ellos quieran proyectar, prefabricando las secuencias. No importa donde se elabore el producto, las imágenes móviles puede ser perfectamente producidas y emitidas desde un despacho por  expertos, cumpliendo la profecía orweliana. Con este predominio cualquier país se puede desestabilizar.
James Petras, asombrado por la pasividad de la izquierda europea,  declaraba, en una entrevista realizada un día después de la entrada de las fuerzas rebeldes en Trípoli:
“Primero debemos caracterizar esta guerra contra Libia y su pueblo como uno de los grandes crímenes del nuevo milenio. El hecho es que por 188 días la OTAN, las fuerzas de Francia, Norteamérica y Gran Bretaña están tirando bombas. Son 188 días de terror, de destrucción y a partir de los actos destructivos han tomado terreno sus mercenarios, en la lucha terrestre….[..]……tenemos otra gran tragedia pues en ninguno de los países de Europa o en los EEUU aparece ni una sola protesta……………Todos los personajes intelectuales franceses que aparecen en los periódicos de izquierda en Brasil, en Uruguay, en Argentina, personajes bien conocidos como figuras marxistas, son parte de este partido que apoya este levantamiento dirigido y financiado por la OTAN. Esa es una de las grandes tragedias, porque mientras entendemos que el imperialismo y sus medios de comunicación están apoyando este acto criminal, la izquierda — en el mejor de los casos — es silenciosa, sino está sumando a la celebración, supuestamente va contra el tirano. Pero, ¿quién es más tirano, una fuerza colonial que está tirando miles y miles, cientos de miles de misiles y bombas por casi 6 meses, o un gobierno que esta legitimado en su país y apoyado por su pueblo antes que entraran en Trípoli? Y ahora, toda la población, hace lo que puede para salvar la vida incluso para evitar persecución y asesinatos si salen a la calle a celebrar la ocupación”.
En Madrid no fue posible organizar una movilización masiva en rechazo a la implicación militar de España en la guerra de la OTAN, porque antes había que procesar a Gaddafi por una acusación de crímenes que no estaban demostrados, ni se quisieron demostrar. Se contribuyó a una matanza que supera ya las 50.000 víctimas y se ocultó que el levantamiento contra el régimen social en Libia fue progresivamente auspiciado, financiado, armado y relatado desde afuera. Y ahora en el caso de Siria se vuelve a repetir la misma perversión paralizante de la opinión pública.
La verdadera agresión contra el pueblo libio es la auténtica matanza indiscriminada que han realizado la fuerza aérea de la OTAN y sus rebeldes armados,  que han asolado ciudades enteras y que están imponiendo a sangre y fuego su dominio y el retroceso social y cultural que representan. Y desgraciadamente la catástrofe libia no ha concluido. Pero no importa, porque el negocio de la reconstrucción va a suponer una ayuda a la reactivación de las economías de los países agresores, ya que Libia puede pagar el coste dada su rica producción energética.
¡¡SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO SIRIO!! Sí, pero la solidaridad no puede olvidar que Siria, desde hace años, está en la lista negra de la guerra imperialista que se propone doblegarla o devastarla abriendo la puerta a la expansión territorial de Israel.  Que a no ser por el veto de China, Rusia y la negativa de Brasil y Suráfrica en el Consejo de Seguridad, la OTAN estaría ya destruyendo militarmente el Estado. Solidaridad con el pueblo sirio y maldición y condena a los agresores que conspiran para hacerse con el país, una vez que Bashar Al Assad haya sido derrocado y arda por los cuatro costados en una interminable guerra civil. Los artífices de esta descabellada aventura son los neoconservadores que han diseñado y fabricado la gran maquinaria de castigo dirigido a reducir uno a uno la lista del eje del mal. Es un camino de guerra mundial porque al final de la lista están Rusia y China.
Siria es ahora el cuarto de la lista e Irán será el quinto. No se pueden ignorar estos elementos estratégicos a la hora de plantear nuestra solidaridad con el pueblo sirio. Sobran demagogias y discursos fáciles llenos de humanismo abstracto. Si la OTAN ha logrado aparecer como elemento civilizador, exportador de la democracia y de la cultura de los derechos humanos, ¿qué es lo que pinta la izquierda compitiendo con ese moderno fascismo benemérito? Cuando en realidad la agresión a Libia, los bombardeos de sus ciudades por parte de la OTAN y la represión social a manos de los rebeldes tras la victoria de la OTAN ha sido la última mayor acción de terrorismo occidental y la solidaridad para animar a un nuevo levantamiento es lo que culminaría el éxito del fascismo neoconservador.
Desde una parte de la izquierda se nos dice que millares de manifestantes pacíficos han sido asesinados por las fuerzas de seguridad del régimen de Bachar Al-Asad y se lamentan de la inoperancia internacional. Sin embargo, a lo que estamos asistiendo en Siria es a un levantamiento armado de sectores tribales, bien pertrechados por las fuerzas occidentales, dentro de la estrategia ya desarrollada en Libia. Ni se han documentado los supuestos bombardeos de ciudades por parte del legítimo gobierno libio –sí se han documentado, en cambio, los de la OTAN- ni se ha documentado el bombardeo de ciudades en Siria que denuncia esta parte de la izquierda. Lo que se está produciendo son graves choques militares con cientos de muertos por las dos partes.
La gran operación de la OTAN ¿no parece ampliarse hasta la aniquilación blanda de la izquierda europea reduciéndola a un papel de comparsa?.
Por eso desde nuestra humilde posición personal, queremos manifestar:
1º.- Nuestro total acuerdo con la percepción que de estas masacres tiene la izquierda latinoamericana. Nos alegra que los partidos políticos latinoamericanos de raíz popular y transformadora, y sus Gobiernos en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Brasil, tengan asumido que nos encontramos ante una de las más arteras maniobras del imperialismo, cuyo desarrollo nos aproxima al abismo de una guerra mundial.
2º.- Llamamos a que la izquierda, sin exclusión de fuerzas, despierte explicando a sus electores y a la opinión pública, la perversa irracionalidad que encierra toda acción bélica pretendidamente salvadora. En este sentido, las actividades realmente solidarias deben ir dirigidas a promover la pacificación y el armisticio y no a la criminalización de una de las partes.
3º.- Que no se puede hablar de pueblo en términos generales cuando sus ciudadanos están sumidos en una guerra civil. En Siria hay grandes manifestaciones populares que apoyan al régimen, lo mismo que las había en Libia. ¿Por qué los medios no informan de ello? ¿No estarán actuando estos medios en complicidad con la doctrina del eje del mal?
4º.- Exhortamos a todas las esferas de poder a abogar por soluciones de reconciliación entre las partes. Durante la guerra de Libia hubo sucesivos intentos de favorecer un armisticio, como  propugnaron los Gobiernos de Venezuela, Turquía, la Unión Africana y Suráfrica, Rusia, Brasil y otros, pero las potencias agresoras hicieron oídos sordos. Nos pronunciamos por esta solución en SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO SIRIO. La Liga Árabe recientemente ha acordado un Plan con el Gobierno sirio, pero no se logrará en un día. Resulta inaceptable y condenable que ciertos rotativos hipócritamente renuncien a esa pacificación bajo el pretexto de que una de las partes lo acaba de boicotear. Si fuera preciso debería convocarse una Conferencia internacional para ese objetivo. Nuestros gobiernos de la UE deben abstenerse de emplear la fuerza militar como solución al conflicto.  Apoyamos las soluciones de negociación, denunciamos la información sesgada que alienta el odio y la confrontación. Celebramos que China y Rusia trabajen por la reconciliación, junto a otros países vecinos.
5º.- Declaramos que los derechos humanos son violados en primer lugar por las potencias, las organizaciones y los medios de comunicación que jalean o apoyan la lucha armada para una supuesta liberación o conquista de la democracia, cuando se desconoce el supuesto programa político liberador. Si las potencias extranjeras no respetan la institucionalidad del Estado legítimamente constituido y Washington no renuncia a su política de Choque de Civilizaciones, contra ellas debe ir toda la condena en primer lugar.
6º.- Exigimos a Israel que renuncie al trafico  de armas a través de las fronteras.
7º.- Llamamos a la constitución de un Foro por la Paz Mundial y en contra de la guerra imperialista que ante la depresión económica de Occidente corre el riesgo de ampliarse cada vez a una escala más global.

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