El dominguero pasado se titulaba: ¿vergüenza dónde estás? La respuesta llegó el pasado miércoles 25 del presente mes de 5 a 7 de la noche. Esa vergüenza se presentó y caminó de la Iglesia del Carmen al Ministerio Público en la Plaza Porras. Caminó la vergüenza con sus seguidores con pancartas confeccionadas por ellos mismos. Con banderas panameñas en sus manos, las llevaban con orgullo. Ella llegó de diversos lugares con sus propios recursos. También la vergüenza se manifestó en Santiago y David. Para mi sorpresa y para los organizadores de la protesta del pasado 25, ‘CIUDADANOS CONTRA LA IMPUNIDAD’ y las organizaciones que apoyaron la convocatoria, la protesta fue sorprendentemente grande, concurrida, donde panameños de diversos sectores políticos y sociales; jóvenes y viejos, caminaban con rabia y con asco contra la corrupción, contra la impunidad, porque no ven y no vemos que la JUSTICIA se haga presente en forma efectiva.
El escándalo de los sobreprecios o sobrecostos, convertidos en coimas para funcionarios de los distintos Gobiernos, desde que la empresa Odebrecht llegara a Panamá, son un escándalo que no se había visto desde la fundación de la República en 1903. No es la única empresa que da coimas o que le pone sobreprecios a las compras del Gobierno Nacional, pero es la más escandalosa y sobre la cual, gracias a Dios, la información nos viene de Brasil, Suiza y los EE.UU..
La vergüenza ciudadana, se hizo presente cuando creíamos que el poco me importa, la impotencia, la frustración política, se presentaba para destruir la república, para destruir todo por lo que habíamos luchado en el pasado, ella, la vergüenza ciudadana, salía a la calle, causando en todos los que participábamos, que fuimos muchos, que somos el Panamá de ayer, luchando en las calles para salvar la vergüenza nacional y así salvar la república. Esa vergüenza ciudadana, ojalá, siga caminando por las calles de nuestros pueblos, hasta que derrotemos la corrupción.
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