Desde hace varios años, el mundo está atravesado por una crisis que a todas luces recompone la correlación de fuerzas internacional. Por un lado desde 2008 el capitalismo pasa por una crisis, estructural a nuestro juicio, que ha quebrado medio planeta en las voraces fauces de las trasnacionales y sus servidores estadounidenses, europeos y asiáticos. Por el otro, entramos al siglo XXI, con una América Latina en plena ebullición. Mientras Estados Unidos intenta recuperar los espacios perdidos en su hegemonía mundial a pesar de la galopante crisis económica que lo agobia. Afganistán, Irak, Libia, en el Medio Oriente. Honduras y Paraguay en América Latina ponen nuevamente el guión de la lucha por la hegemonía y el control de los recursos naturales, principalmente petróleo y agua, del planeta. Hoy, Siria, tiene el dudoso privilegio de ser el objetivo a conquistar en la carrera imperialista mientras la inmensa mayoría de los países europeos se derrumba bajo la bota implacable del modelo neoliberal.
Del Comandante Chávez heredamos la formidable inspiración emancipadora y unionista de nuestro Libertador Simón Bolívar y junto con él se generaron instancias como la ALBA, la CELAC, la UNASUR y dentro de esa inspiración empujamos en las relaciones sur-sur y en algo que forma hoy parte importante de la confrontación mundial, la construcción de un mundo multipolar, multicentrico y en perfecto equilibrio.
El enemigo ha registrado el golpe, toda vez que sus pretensiones se han estrellado contra la construcción de un nuevo modelo en América Latina y liderizado por Venezuela marcado por la complementariedad, la solidaridad y el espíritu unionista e independiente desde México hasta Argentina.
Sin embargo, no estamos exentos de ataques y agresiones imperialistas en connivencia con sus lacayos criollos. La agresión contra evo Morales, los sistemáticos ataques a la Revolución Bolivariana, el espionaje a gran escala contra nuestros países han signado la agenda de los últimos meses.
Venezuela ha estado en el centro del espiral internacional, su contribución a neutralizar el ataque frontal a Siria, el enfrentamiento a la contrarrevolución en la guerra silenciosa que intenta doblegar al país, el financiamiento y colaboración de funcionarios de Estados Unidos a factores desestabilizadores internos son algunas muestras del sistemático plan de agresión del imperialismo y un aldabonazo de los tiempos por venir.
La quiebra literal de gobierno estadounidense, la crisis económica imparable del sistema capitalista los obliga a buscar salidas en otras latitudes en su afán de ponerle control a los recursos naturales que necesita su voraz maquina de producir ganancias por lo que intentarán por todos los medios de derrocar al gobierno de Siria o el de Venezuela por ser ejemplos de dignidad y coraje en este mundo que avanza indetenible a la multipolaridad y al necesario equilibrio entre las naciones y regiones del mundo.
fuente: Silvio Rodríguez CBST- Venezuela