Hace 77 años León Trotsky cayó en la trinchera de la lucha por el socialismo

El homenaje a León Trotsky en la Casa Museo, el lugar donde vivió su último exilio.

Bajo el sol brillante del mediodía de este 20 de agosto, a 77 años del asesinato de León Trotsky, tuvo lugar un sentido homenaje a su vida de más de 40 años de lucha revolucionaria bajo la bandera del marxismo.

Con la presencia de militantes de la Liga de Unidad Socialista y del Movimiento de Trabajadores Socialistas, así como de visitantes del museo y personal que ahí labora, el acto se realizó en el jardín donde está el mausoleo que cobija las cenizas de León Trotsky y de su compañera, Natalia Sedova.

Tomó la palabra Esteban Volkov, nieto de Trotsky, quien recordó la vida y la obra del gran revolucionario, nacido en lo que hoy es Ucrania, pero dirigente revolucionario internacional, continuador de la obra de Marx y de Lenin.

Reivindicó especialmente el papel de Trotsky –cuyo verdadero nombre era Lev Davidovich Bronstein- en la Revolución Rusa, junto a Lenin, refiriéndose a esa gesta con estas palabras “Octubre de 1917, diez días que conmovieron al mundo, un tsunami que cimbró en el ancho mar de la historia”.

Recordó el paso de Trotsky dos veces por la presidencia del soviet de Petrogrado, su experiencia como organizador y dirigente del Ejército Rojo, que salvó a la Unión Soviética de 22 ejércitos invasores. Señaló que en 1924, tras la muerte de Lenin, le correspondió defender la revolución ante la avasalladora contrarrevolución encabezada por Stalin.

Destacó que Trotsky realizó un gran acopio de experiencias que enriquecieron el arsenal marxista, la única arma que hoy por hoy tienen los explotados y los oprimidos del planeta para defenderse de la cada vez más despiadada explotación.

Volkov explicó que Stalin acortó unos años de vida a León Trotsky, pero no pudo impedir que Trotsky desarrollara una de sus principales obras: “La revolución traicionada”. Apuntó que ahí desglosa punto por punto el alejamiento de Stalin de los principios de la Revolución de Octubre. Trotsky comprendió que la casta burocrática de la URSS aspiraba a la estabilidad de la clase burguesa, lo que terminaría en el proceso de restauración capitalista de las últimas décadas.

Para ilustrar la actitud de Trotsky ante la vida contó una anécdota de su exilio en Francia, donde recibió muchas visitas. Una de ellas fue la del escritor André Malraux quien pretendió desconcertar al revolucionario al afirmar “Lo que el marxismo no ha resuelto es la cuestión de la muerte”. Trotsky le respondió “la muerte es muy sencilla cuando la persona ha cumplido su misión en la vida”. Y así fue.

En el cierre, Volkov, afirmó con orgullo:

León Trotsky no era hombre de morir de vejez en la cama. Cayó en la trinchera de la lucha por el socialismo. Y ahora corresponde a sus partidarios seguir esta batalla. Como escribió Trotsky “La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la protejan de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente”.

Luego se leyó un saludo enviado por el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky y el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx, de Buenos Aires, Argentina, en el que señalaron “Hace 5 años nuestra editorial inició la publicación -en coedición con la Casa Museo- de la colección Obras Escogidas de León Trotsky, que ya llegó a su volumen Nº 10 y próximamente editaremos su obra más consagrada: La Historia de la Revolución Rusa, cuando se cumplen 100 años de la Revolución Rusa.”

Para finalizar el acto, se entonó el Himno de La Internacional. A 77 años del asesinato de Trotsky, los versos resuenan y brillan encendidos por los rayos de sol entre las hojas de los árboles del jardín de la casa de la calle Viena 19:

“El día que el triunfo alcancemos
ni esclavos ni hambrientos,
los odios que al mundo envenenan
del mundo lanzados serán.
El hombre del hombre es hermano
derechos iguales tendrán
la Tierra será el paraíso,
de toda la Humanidad.”

El legado de Trotsky está vivo en cada una, en cada uno de los que abrazamos la lucha por el fin de toda explotación y opresión. Aunque Stalin orquestó el asesinato de Trotsky fracasó en su objetivo de enterrar su pensamiento revolucionario.

En los últimos años la clase obrera ha empezado a ejercitar sus músculos en distintos países, desde Grecia a Argentina. La necesidad de avanzar en la construcción de una organización revolucionaria internacional que despliegue bien altas las banderas de la lucha por el socialismo se hace evidente en toda su estatura.

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