El pasado sábado con el agua ya en los tobillos y como viniendo a entregar noticias malas en medio de aguas necesarias, el teléfono sonó y con voz apenas audible nos dijo una compañera: “Se nos fue otro viejo camarada. Murió el Camarada Miguel Porcell Peñas”.
“No le creo hombres de la calidad de Miguel Porcell no mueren, son eternos”.
Lo conocimos a finales de la década del 70 cuando todavía decir “soy comunista, era un pecado” y nos decía a los miembros de la base estudiantil, “hay que luchar por lo más querido de tu pueblo, ponte en lo que más quieras dale valor a lo que quieras y proyectalo por mil siempre adelante y encontraras el sentir de lo que necesita tu país”.
Su honestidad era tal que aun cuando era arquitecto nos informaban los compañeros que eran del sindicato de la construcción pagaba su cuota como cualquier obrero de la construcción.
Años después me sorprendió porque me lo encontré ahora como estudiante de la Facultad de Derecho donde se gradúo como Abogado.
Sus restos se presentaran el día miércoles 24 de agosto a las 2:00 pm en la sede la Asociación Nacional de Enfermeras, ubicada en la calle 38 Bella Vista, a un costado de la Consulta Externa del Hospital Santo Tomás. Será un acto laico.
El movimiento Social ha perdido a un gran hijo y analista.
Hasta luego Camarada.
