Tomado del órgano de SITINTELS
El compañero Mauro Murillo, Director Académico del Instituto José del Carmen Tuñón de la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, CNTP, ilustró sobre la situación del Movimiento Sindical en la Actualidad, subrayando que un Estado se desarrolla en torno a tres factores fundamentales como lo son “el poder político, poder económico y la fuerza de trabajo”; ellos representan las fuerzas productivas del país, donde los dos primeros siempre se ponen de
acuerdo en detrimento de la fuerza de trabajo, es una práctica que viene desde el inicio del Estado con la
Revolución Industrial.
Entre el capital y el trabajo se constituye “la relación capital-trabajo” donde el gobierno es el árbitro o interventor que debe garantizar la paz social. En éste proceso triangular el capital se asocia al político por principios de clase social en detrimento de la clase trabajadora que produce la riqueza.
Ésta alianza capital y política, ven en las necesidades humanas así como la fuerza del trabajo, una mercancía. Ésta práctica permite la acumulación de capital, fomentando la mala distribución de la riqueza que producen los
trabajadores con su esfuerzo físico y mental.
Éste desequilibrio social es el que hace que los trabajadores se organicen en sindicatos para luchar por los derechos e intereses de los trabajadores, contra la explotación y de ser el equilibrio entre el poder económico y el trabajo.
En tal sentido los trabajadores organizados de Panamá y de todo los continentes se encuentran frente a éste complejo escenario de confrontación social contra las políticas públicas que atentan contra los derechos económicos y sociales de la clase trabajadora, como lo son: La crisis de la CSS en sus programas de salud y de Invalidez Vejez y Muerte; la grave situación de la seguridad ciudadana, la seguridad alimentaria y el abandono del agro, mala distribución del agua, el congestionamiento de la red vial, crisis en el sistema educativo y de salud; el incremento del desempleo y la migración laboral extranjera, incremento de la economía informal, alto costo de la vida y mala distribución de la riqueza y el flagelo de la corrupción, etc.
La tercerización es un dolor de cabeza para los sindicatos porque le resta afiliados pero también afecta a las empresas en cuanto a la calidad del trabajo que se le presta a los usuarios por la falta de experiencia de los trabajadores contratados, no cuentan con un sindicato, lo que conlleva a la explotación laboral, el irrespeto a los derechos entre muchas cosas más. Este modelo de la tercerización se combate a través del Convenio Colectivo como única herramienta que tienen los sindicatos para defender con éxito los intereses de los trabajadores.
Los sindicatos deben ser un modelo de organización, estructuración, funcionamiento; además deben manejar la productividad de la Empresa ya que esto le da poder pero si rechazamos o nos oponemos a la productividad no avanzamos y debemos tener presente que estamos en un mundo competitivo.
Con respecto a los afiliados, estos deben tener un sentido de pertenencia y de participación, ésta última brinda la oportunidad de desprendernos en cualquier momento y así no funciona bien un sindicato. El poder de un sindicato está en sus bases y sus dirigentes, por tanto hay que tener presente que “sólo el poder detiene al poder” y esto se logra con la militancia y el sentido de pertenencia. Entre más se atomiza el movimiento sindical pierden poder en la unidad de acción y sin ésta no podrá detener las medidas que adopte el gobierno y la empresa contra los derechos e intereses de los trabajadores; por lo tanto es un deber ineludible que los Representantes Sindicales bajen la información y orienten a sus compañeros con la convicción del compromiso que adquirieron al momento en que fueron elegidos.
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