El Veneno de la Televisión

TVLa Televisión es el medio de comunicación de masas más extensivo que hay en la actualidad. Así como nos brinda información banal todos los días, lleva implícitas dos variables que tenemos que tomar en cuenta. La primera es la que nos ofrece la “noticia” de actos de significado nacional o internacional elevada a categoría de “verdad” no cuestionada. Nos presenta el mundo como quieren que los veamos los que controlan sus hilos. La TV es la facilitadora de esa política. Si usted quiere ver el mundo irreal como estos señores quieren que lo veamos, cómprese varias pantallas planas y colóquelas en los sitios estratégicos de su residencia. De igual manera, si quiere continuar en el carrusel del mundillo político criollo no deje de ver todos los programas en vivo o pregrabados que nos ofrecen los comentaristas. La televisión está diseñada para ser la principal promotora del status quo. Para que las cosas sigan exactamente igual, con la habilidad de que los periodistas nos ofrecen un léxico e idioma corporal tan bien estudiado que nos llega el mensaje que son, precisamente ellos, los que quieren que las cosas cambien. Si son conscientes o no de que son importantes instrumentos del modelo concentrante y excluyente que hoy domina a la gran mayoría de los pueblos del planeta, no cabe analizarlo. Los que tienen la capacidad de controlar la noticia saben muy bien lo que quieren. Aquí en Panamá han recibido las instrucciones de crearles a los panameños el falso espejismo de las elecciones de 2014 y ustedes ven como se cuadran los periodistas con esas directrices. Parecen soldaditos de plomo. Falta la marcha militar que ya no demora.

La otra variable de la TV es el regalo de la violencia. En los noticieros pareciera que llegaran a orgasmos cada vez que nos enseñan las crónicas rojas de asesinatos, robos, accidentes. Ni qué decir de los programas destinados al público infantil preñados de actos violentos. Lo que tal vez no saben, y le damos el beneficio de la duda, es que la visión de la violencia en los medios de comunicación tiene dos efectos colaterales: 1. Reduce la reacción de los televidentes ante el sufrimiento de las víctimas y 2. Reduce la sensibilidad de los observadores hacia los actos violentos. Es decir, están castrando cualquier sentimiento de solidaridad. No dudo que ese sea el objetivo: formar una sociedad que no le importe en absoluto con el prójimo.

Los estudios han comprobado que la televisión con sus noticieros, programas y películas violentas afectan las conductas agresivas a corto plazo. Un estudio longitudinal efectuado en 2003 por Huesmann y colaboradores sugiere que los efectos de la exposición a la violencia en la TV persisten a largo plazo, o sea, que los observadores retienen esos actos violentos hasta por 15 años. Estos autores realizaron un estudio donde participaron 557 niños de edades comprendidas entre 6 y 10 años de edad. El estudio continúo 15 años después, cuando los participantes tenían 20 y 25 años. Resultados: el 70% de los que fueron espectadores infantiles de violencia informaron haber golpeado a alguien; el 42% habían cometido actos violentos y delictivos, frente al 22% de agresores adultos que no se expusieron a actos violentos en la TV.

Resumiendo, la TV es uno de los medios más poderosos de desinformación que hay en la actualidad; sus periodistas son los más disciplinados empleados de los que dirigen las políticas nacionales e internacionales y los propósitos de ese medio de comunicación social son los de crear una sociedad indolente, irresponsable, cínica y alejada de la moral y de la ética.

por Mauro Zuñiga.

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