La historia ha demostrado vehementemente que los derechos se defienden con organización y conducción política. No se puede negar que en la lucha por la independencia de nuestra América del yugo colonial español, Simón Bolívar tuvo que organizar el ejército de libertadores bajo su mando.
Bajo ese prisma real, queremos traer el ejemplo de que los trabajadores deben organizarse para luchar contra el yugo del empleador explotador que no se lo permite, tomando medidas punitiva de amenazas de despidos que en algunos caso se concretan con el silencio cómplice de las autoridades, todo para intimidarlo e impedir que se organicen sindicalmente que es un derecho humano consagrado en la Constitución Política y el Código de Trabajo panameño; no obstante ellos sí se organizan para defender sus intereses ante cualquier amenaza que atente contra ellos.
La política antisindical sin duda ha tenido su efecto, dado que los trabajadores (as) se rehúsan a organizarse por temor o por ignorancia, y la minoría que lo está (12% de la PEA) se encuentran atomizados, divididos, lo que dificulta enfrentar las políticas nefastas del capitalismo neoliberal, de la oligarquía empresarial y de las empresas transnacionales sustentadas por el imperialismo que está reconquistando nuestras posición geográfica y usufructuar recursos naturales.
El pueblo trabajador debe organizarse en sindicatos, la juventud estudiosa en sus asociaciones estudiantiles, el campesinado, los productores, la intelectualidad progresista, la mujer, pensionados y jubilados, es decir todo el pueblo que sufre las consecuencias de la mala distribución de la riqueza tienen el deber ineludible de organizarse para defenderse y avanzar por el bienestar y el progreso social de nuestro país. La organización es la única manera en que podemos reconquistar el Estado panameño de las voraces garras de los corruptos y de la explotación de aquellos que sólo pretenden vivir en este país para continuar saciándose con sus negocios, porque ven a Panamá como un centro para hacer negocios y a los trabajadores como números; no como personas, sin importarle nada.
La lucha es constante y difícil para lograr los objetivos, vale el sacrificio y la osadía, sin estos atributos
difícilmente avancemos, se requiere de hombres y mujeres con sentido de revolucionario consecuente, ético y honesto, con visión a largo plazo con carisma y humildad; para ello debemos vencer el sectarismo, el infantilismo y el vanguardismo que es un virus que limita la unidad.
Nuestra tarea estratégica obligada, es construir un nuevo Estado fuerte e independiente, justo, con democracia participativa incluyente y con un desarrollo económico sostenible multilateral.
Para la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, es fundamental la organización, así lo manifestaba para la historia, nuestra Marta Matamoros, “organizarse para cumplir las tareas y los compromisos”, y nuestra táctica, “forjar el sujeto político revolucionario”.
¡Venceremos!
Panamá, 17 de noviembre de 2018
Paginas web que comunican e informan al trabajador. Marketing Sindical. www.monagrillo.net
