Pensar que parte del crecimiento económico que puede registrar una empresa revertirá en mejores condiciones de vida para el trabajador, es caer en la ilusión, jamás ocurriría mientras estemos bajo el paragua del sistema capitalista.
El capitalismo, es sinónimo de maximizar ganancias para el bolsillo de unos cuantos particulares, es seguir explotando aún más al trabajador, a vivir con lo poco que recibe del salario, es obligar al trabajador al consumo desmedido y el empobrecimiento de la población.
Frente a todo esto el trabajador consciente de su clase social a la que pertenece, lucha y luchará para cambiar esa situación de desigualdad social y económica.
En el capitalismo pueden coexistir ambas clases sociales, en el marco de lo prudente y sostenible, burguesía y trabajado, en la que puedan disfrutar de forma equitativa de los beneficios del trabajo productivo.
Sin embargo, la burguesía o sea los patronos en nuestro país, se han dado la tarea después de dos siglos de capitalismo y de explotación al trabajador, en desconocer y esquilmar derechos socioeconómicos de los trabajadores, de violar constantemente las normas laborales nacionales como de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Aún después de ese tiempo, el capitalismo persiste en desconocer y de no aceptar la organización sindical afectando su libertad, lo que equivale para el patrón un delito organizar un sindicato, persiguen al sindicalista hasta castigarlo con el despido.
En pleno Siglo XXI el despido lo disfraza con los mutuos acuerdos ofreciendo al trabajador o al dirigente sindical atractivas sumas de dinero sin embargo, no tienen para mejorar las condiciones de salarios o simplemente le ofrecen planes de retiro voluntario, llámese plan oro, platino, plata o bronce y tantas otras modalidades.
La Central Nacional de Trabajadores de Panamá, considera que las organizaciones sindicales y la libertad Sindical son derechos inalienables, mismas estás que se están proyectando para salvaguardar la base técnica productiva del país, creemos en las empresas socialmente responsable, en su desarrollo, crecimiento como en su competitividad, además de sindicatos bien organizado con alta formación y capacitación, respetuoso de las normas, así debe ser un sindicato bien dirigido en la que se proyecte con una visión de futuro, que potencie esa sinergia capital-trabajo para lograr la cohesión social que tanto necesita el país y de esa manera dar el salto al primer mundo.
Panamá, 26 de enero de 2018
