Editorial

“Reforma a la Constituciòn en medio de la Corrupción del Estado”

El país se encuentra agobiado y en vilo producto del fracaso de la partidocracia tradicional y de la inmoralidad de ciertos personeros de la clase política nacional, sin visión y compromiso con políticas de Estado; sumado a  ello, el gobierno de Ricardo Martinelli  desde que tomó posesión de la Presidencia de la República, no cesan los escándalos, mismos  que están estremeciendo la entrañas de la institucionalidad democrática de la nación.

Los cables de WikiLeaks, coimas y sobre costos en contrataciones públicas, los actos  bochornosos en el Servicio Exterior panameño, PAMAGO, financiamiento de dinero sucio caso DMG en la campaña electoral pasada.

En medio de estos escándalo el Ejecutivo está imponiendo medidas antipopulares como: remilitarización y el establecimiento de un  Estado policiaco, pretender reformar la Ley de la Caja de Seguro Social,  Reformas Electorales que favorecen a los partidos oligárquicos, minería a cielo abierto, la  compra de los corredores, aumento del déficit fiscal hasta el 3% del PIB hoy está en 1.5%,  aumento de  la deuda pública, modificación a la Ley de contrataciones pública donde se pretende privatizar los recursos hídricos, aumento del pasaje  cuando  vivimos una alza inflacionaria que deteriora el poder adquisitivo de los trabajadores, violentar constantemente la libertad sindical, la   privatización de las cárceles panameñas,y ReformasConstitucionales.

En medio de toda esta situación corrupción y de ofensiva del gobierno de Ricardo Martinelli, pretende reformar la Constitución Política. Este gobierno está descalificado para llevar a cabo una reforma constitucional; no es íntegro y no tiene la moral para tocar la Constitución, por su constante irrespeto y violación a la carta magna.

Es el pueblo con su capacidad del poder constituyente, quien goza de la moral y de la integridad para hacer los cambios sustanciales a la Constitución política nacional.

Las Asamblea Constituyente,  es la salida política que deberá dar paso al nacimiento de  una nueva República que fije el rumbo de progreso, justicia y bienestar al estado panameño.

Una nueva Constitución  a través de una Asamblea Constituyente es nuestra posición y desde el poder ciudadano conjuntamente con el movimiento popular, sindical y social lograremos ese objetivo.

La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la autoridad, donde su  participación se ejerce de manera directa.

Nadie ni nada puede restringir el derecho del pueblo a participar directamente en la resolución de los problemas nacionales.  Basta ya de parches y remiendos a la Constitución,    lo que exigimos es una verdadera Constituyente.

Consejo Directivo Nacional

Panamá, 7 de abril de 2011

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