Editorial 21Llegó el Huracán Trump

El pasado miércoles 8 de noviembre alcanzó la presidencia de los Estados Unidos el empresario multimillonario Donald Trump del Partido Republicano.

Llega al poder político de una de las principales potencias del mundo, la mayor influencia política, económica y militar del planeta, un fascista, nacionalista, imperialista, xenófobo entre otras tantas características nefastas que posee este señor con gesto histriónico ha servido de pantalla al neoliberalismo corporativo, que ha tapado con una estrategia muy inteligente sus vergüenzas a través de un falso discurso anti sistema.

Tanto él como su partido ven al país como su empresa, van a intentar de imponer las peores condiciones al resto de los países a fin de obtener las máximas ganancias, si un empréstito no les da lo que ellos necesitan, lo desecharán.

Este pensamiento de negocio de todos los aspectos tiende además a no tener en cuenta a las minorías ni el desarrollo de los países más atrasados, los cuales ven como cargas y costos innecesarios.

Las elites estadounidenses y globales saben de lo impopular de las tesis neoliberales y del daño que están causando en las inmensas mayorías de la clase trabajadora y de las denominadas capas medias de las sociedades de América Latina y el Caribe.

Otro problema que se visualiza es el de la migración latina a los Estados Unidos. Conocidos son los discursos fascistas de Trump y los republicanos frente a los latinos, negros y migrantes en general. Se puede esperar que disminuya el otorgamiento de visas y se busque limitar aún más su obtención, siendo ya verdaderamente complicado hacerlo.

La mayor amenaza al neoliberalismo corporativo, son los chinos y su avance en la economía global, quienes además vienen invirtiendo fuertemente en América Latina y el Caribe.
Los Estados Unidos es un país capitalista por excelencia, el presidente no es el que toma todas las decisiones, la política interna la determina en gran parte el Congreso y los republicanos se ganaron la mayoría por lo tanto dictaran medidas retrógradas bajo los lineamientos del gran capital; la economía, las grandes multinacionales corporativas; la política exterior y por tanto, de guerra, el pentágono y la CIA, en contubernio con la política israelí y de los grandes capitales; la diplomacia mediática le tocaría a Trump, es decir, lo que tiene que ver con diálogos y eso el ya señalo que no hay ni habrá.
La Central Nacional de Trabajadores de Panamá, frente a este nuevo escenario plantea que si no se construyen alternativas y no aparecen movimientos sociales y políticos que aglutinen el descontento popular y la indignación desde un punto de vista constructivo que se encarguen de edificar consensos colectivos y crear políticas fundamentadas en una nueva voluntad popular sobre la base un nuevo contrato social acorde a la realidad actual, cabe la posibilidad de que esta brecha desencajada la aprovechen opciones reaccionarias y fascistas; sin embargo, nuestra clase obrera clasista, reafirma que otro mundo no sólo es posible sino que será seguro, y ese nuevo mundo ya está aquí y el triunfo de Donald Trump es sólo la confirmación de lo que puede llegar.
Panamá, 11 de noviembre de 2016

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