Cumplamos con el mandato de la ciudadanía

Hace ocho meses los panameños, le entregamos a nuestro presidente el mandato ciudadano recopilado en el informe del Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas.

Hace ocho meses los panameños, le entregamos a nuestro presidente el mandato ciudadano recopilado en el informe del Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas. El documento contiene 175,922 aportes provenientes de todas las provincias y comarcas, sobre problemas y soluciones de relevancia nacional, regional y local, que incluyen y trascienden las demandas de la población en la actual mesa de diálogo. Y subrayo lo de mandato ciudadano porque en una democracia representativa como la nuestra, las decisiones colectivas emanan de la población. No pueden ser ignorados por las actuales autoridades, ni por las venideras, ni mucho menos por la ciudadanía que las propuso.

Esto no fue —como señalan algunos de manera malintencionada o desconocedores del contenido, porque no se han tomado la molestia de leer el informe— un despilfarro de dinero por parte del gobierno. Todo lo contrario, son las voces de más de 200 mil panameños y panameñas, de todas las edades, quienes de manera responsable, se tomaron el tiempo para expresar sus puntos de vista en ese ejercicio democrático, altamente participativo e inédito. ¿Quiénes de esos que critican o se jactan de ser “líderes” pueden juntar 200 mil personas a favor de sus ideas?

Entonces es la hora de abandonar agendas personales, intereses políticos, y retomar esos argumentos ahora que los panameños estamos intentando llevar a cabo un nuevo Diálogo Social que nos ayude a salir del profundo escollo provocado por demandas coyunturales que tienen su fundamento en nuestros viejos vicios que permiten, facilitan y promueven todas las formas de clientelismo y corrupción.

Allí, en ese mandato ciudadano expresado en el Pacto del Bicentenario, están definidos los intereses y preocupaciones de los ciudadanos, definiendo cuál debe ser el norte de nuestro desarrollo y cómo llegar hacia él. Se presentan en forma de 186 acuerdos nacionales que constituyen, como subraya el informe entregado al presidente, una valiosa caja de herramientas, para refundar la nación y tender los puentes desde el presente hacia el futuro. No son una propuesta del gobierno de turno, menos de un partido político, y; por ende, marcan el camino para definir las acciones que deberemos recorrer para hacer realidad el país anhelado por la mayoría.

El documento propone importantes lineamientos concretos de política pública para el agro, la salud, la educación, el ambiente, el Estado, la inclusión, la cultura, el deporte, y el establecimiento de las condiciones necesarias para un crecimiento económico sostenible, inclusivo y sostenido, que genere bienestar y desarrollo para todos en todos los lugares de nuestro territorio, sin dejar a nadie atrás.

Pero el cumplimiento con el mandato de la ciudadanía y el futuro del Pacto del Bicentenario, nuestro futuro, también debe trascender la actual Mesa de Diálogo y mantenerse vivo, para que la sociedad lo vaya haciendo cada vez más suyo, para que los gobiernos que vengan hagan su parte y ganemos todos. Gobierno, ciudadanos, sociedad organizada, universidades, gremios, empresas, iglesias, deben empeñarse en que este Pacto no sea solo un ejercicio casual y efímero y que se engavete sin ser útil a la nación.

Eso dependerá de cada uno de nosotros. En primer lugar, los ciudadanos estamos obligados a vencer la apatía, mantener el optimismo y ejercer el control social de la gestión del Ejecutivo, aprovechando el espacio que ofrecen las herramientas facilitadoras de la participación ciudadana para exigir que nuestras voces se transformen en intervenciones que hagan vinculantes los acuerdos, y abran la puerta para mantener el Diálogo, ya no para celebrar el Bicentenario, sino el Desarrollo con justicia del país.

Esa activa participación ciudadana, será el elemento desencadenador y dinamizador del compromiso de la actual administración, y de las administraciones siguientes, con la inclusión en su gestión de gobierno de acciones para continuar cumpliendo con los actuales y venideros acuerdos. Es igualmente importante y necesaria la participación de la empresa privada y de todos los actores sociales que ya han comenzado a adherirse, sumándose y generando nuevas opciones para contribuir a cerrar las brechas identificadas. Finalmente, será fundamental la participación de los medios de comunicación ejerciendo influencia sobre los asuntos sociales y políticos que propone el Pacto del Bicentenario.

Al final, el logro del desarrollo sostenible con justicia y equidad en nuestro territorio exige que seamos capaces de superar los intereses de todo tipo y trabajar todos juntos, sin excluir a nadie, por un objetivo común. Es preciso que los diferentes sectores: gobierno, políticos, empresarios, productores, organizaciones gremiales, sindicatos, sociedad y la población en general colaboremos todos de manera integrada poniendo en común recursos financieros, conocimientos y experiencia, pues aquí lo que está en riesgo es el futuro de nuestra paz social y nuestra democracia.

Jorge Luis Prosperi RamírezMédico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

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