Conjura contra la jornada de 8 horas

imagesCATBFI5BSolo eso faltaba, que en el Día Internacional del Trabajador, el gran empresariado costarricense proponga flexibilizar las jornadas laborales, una conquista histórica que costó la vida a muchos obreros.

El mercado laboral está organizado en torno a un “trabajador modelo o robot” que es completamente independiente, cuya única tarea es la que le contratan, sin otras responsabilidades personales y expectativas familiares.

Esto, unido al afán de la mayor ganancia al menor costo, eliminando puestos de trabajo al suprimir los 3 turnos laborales, el pago de tiempo extraordinario, garantías laborales y seguridad social, es lo que entienden por “competitividad” o “eficiencia”, como sinónimos de esclavitud laboral. Incluso cuando se habla de conciliación de la vida familiar y la vida laboral, sus propuestas son el establecimiento de horarios flexibles, teletrabajo, contrato a tiempo parcial. Lo más sorprendente que pretenden hacerle creer a los y las trabajadores que ellos “decidirían” la jornada que les conviene.

Adicionalmente, se ha desarrollado en el mercado laboral, la idea de que quien necesita conciliar la vida laboral y familiar son las mujeres, consolidando el concepto de que son ellas las responsables de las tareas no remuneradas, como el trabajo doméstico y el cuido.

Lo que necesitan los trabajadores y las “necesidades” empresariales son diametralmente distintas. La iniciativa de ley de los empresarios, que desde hace un tiempo se encuentra en la Asamblea Legislativa y que propone jornadas 4/3 es decir, 4 días de trabajo remunerado y 3 de “descanso” para que los trabajadores puedan dedicarse a otros trabajos, remunerados o no, es un retroceso de más de 100 años de sus derechos laborales.

Nada concilia menos la vida del trabajador que tener jornadas más largas durante cuatro días para “volver” a la casa durante tres. Por una parte, los trabajadores estarían alejados de sus hogares hasta por 14, 16 o más horas debido a los tiempos de traslados – agravados por el congestionado tránsito – y por otra, las tareas escolares, domésticas o de cuidado familiar, no pueden esperar al día de “descanso”.

Si a esto le agregamos que buscan eliminar derechos laborales, económicos y aumentar la edad para pensionarse, nos damos cuenta “por dónde va la procesión”. El objetivo es llevarnos a condiciones laborales de hace un siglo y si se puede más atrás.

Lo que se debería plantear es disminuir la jornada semanal, que permitiría realmente conciliar vida familiar y laboral, permitir el estudio y brindar facilidades de acceso a los centros educativos, generar más empleo de calidad para muchos desempleados, mayor equidad en la distribución de la riqueza, en una sociedad más justa y solidaria.

La Presidenta Chinchilla, en su discurso del 1º de Mayo, dijo que las exportaciones crecen, que la economía mejora, incluso con números record, nos preguntamos entonces, ¿O vive en otro país o la Costa Rica de ella, de los grandes empresarios y banqueros es diferente a la Costa Rica de cuatro millones de costarricenses?

 

Esta conjura contra la jornada de 8 horas es una traición a los Mártires de Chicago y a la clase trabajadora.

 

UNDECA.

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