La Central Nacional de Trabajadores de Panamá rinde tributo a la memoria del luchador de los trabajadores.
En la década del 60, en el distrito de Barú, provincia de Chiriquí se registraron las primeras luchas por instaurar un sindicato de trabajadores en la transnacional bananera, Chiriquí Land Company, (Chirilanco).
Uno de los primeros gestores del movimiento obrero fue Rodolfo Aguilar Delgado, un joven de 20 años, oriundo de la comunidad de Pedregalito, distrito de Bugaba, que se radicó en las fincas bananeras, porque sus padres se trasladaron hacia allá.
A pesar de que representó mucho para los obreros del distrito de Barú, por su coraje y valentía, hoy muchos jóvenes desconocen quién fue Rodolfo Aguilar Delgado.
De acuerdo con datos recopilados por Jorge Olmos, director del Quincenario La Opinión de Puerto Armuelles, Rodolfo Aguilar Delgado nació el 1 de abril de 1939, hijo de Mamerto Aguilar e Isaura Delgado.
Tenía siete hermanos: Benigna, Rosa Elvira, Emilsa, Eugenia, Felícita, Francisco y Rafael.
Hizo sus estudios primarios en la escuela de Finca Sigua, distrito de Barú luego se trasladó hacia la ciudad capital a realizar sus estudios universitarios, lugar donde marcó una gran influencia en los movimientos estudiantiles universitarios, regresa a la ciudad de Puerto Armuelles.
Una vez en Puerto Armuelles, ingresa nuevamente a laborar en la empresa, pasando a integrar el trabajo clandestino a favor del sindicato de trabajadores, hasta el estallido de la huelga de noviembre de 1960, donde es parte del Comité Central de la Huelga, negociando junto a sus compañeros con la empresa y después con el gobierno de Roberto F. Chiari, quien primero reprimió, asesinó trabajadores hasta finalmente aceptar la legalidad del sindicato y las demandas de mejores condiciones de trabajo y salario.
Rodolfo Aguilar Delgado, fue uno de los dirigentes que más contribuyó a la huelga de la empresa frutera.
Hacia 1961, ingresa a la Asamblea de Juventudes, organismo amplio juvenil del Partido del Pueblo, la empresa le despide injustificadamente, pasando a laborar en distintos oficios entre estos de fotógrafo.
Durante el año de 1962, la represión contra el movimiento sindical es fuerte, los provocadores realizan varios atentados contra dirigentes y militantes sindicales de la Federación Sindical de Trabajadores, donde es afiliado el Sindicato bananero, es la revancha empresarial ante la victoria de la huelga donde existen amenazas de una nueva huelga.
El joven Rodolfo Aguilar Delgado, se caracterizó siempre por su espíritu revolucionario y organizador.
Lo catalogaron de izquierdista, el 24 de octubre de 1963 a los 24 años de edad, Rodolfo Aguilar Delgado fue detenido y llevado al cuartel de Puerto Armuelles, lugar donde fue asesinado, luego de aplicársele diversas torturas.
Según los testigos de aquella época, entre ellos un niño de nombre Abuseid, quien desde un árbol de la Escuela Puerto Armuelles # 2 observó todo, se le aplicó agua caliente, cadenazos, le sacaron las uñas, hasta que lograron acabar con su vida.
Por este crimen, se abrió una investigación en contra del capitán Juan Barroso, jefe del destacamento de Barú, además se sumaron a la lista de investigados Ricardo “Orejita” Ruiz, Salvador y Manuel Canto.
El cuerpo inerte fue entregado amortajado a los familiares del joven luchador, quienes le dieron cristiana sepultura en el Cementerio Municipal de Barú, lugar donde Miguel Blandón construyó un busto con la inscripción de “Mártir de las luchas populares”.
Los trabajadores y la población baruense han reivindicado la memoria de Rodolfo Aguilar Delgado, en la historia del distrito de Barú con un busto de este joven luchador, y colocarlo en la plaza de Finca Blanco.
Además por iniciativa del legislador baruense Carlos Smith, se aprobó la creación de un corregimiento con el nombre de Rodolfo Aguilar Delgado, en marzo de 1997, como homenaje a quien luchó por la clase trabajadora, y el mismo comprende casi todas las fincas bananeras.
Su ejemplo y sacrificio será piedra angular en el camino de las grandes transformaciones sociales lideradas por la clase obrera y la semilla que germinará por siempre para sustentar de una vez por todas, que los revolucionarios somos y seremos inexpugnables.
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