Aún estaba muy fresca la sangre del 9 de enero de 1964, cuando el 31 de mayo de 1966 arriba al país, procedente de Moscú donde se había sometido a un tratamiento médico debido a una herida de bala alojada en el cráneo disparada por las tropas del comando sur; Juan Antonio Navas Pájaro uno de los héroes de aquella gesta. Los mandones de turno y sus esbirros creen llegada la oportunidad para el desquite y despejar el camino a la burla popular en las negociaciones canaleras.
En esa misma noche el camarada Juan Navas es capturado y secuestrado por miembros del Departamento Nacional de Investigación (DENI), reconocidos agentes de los servicios de seguridad al servicio de la C.I.A. Al día siguiente su cadáver con signos de tortura es encontrado en el corredor de Colón. El día 3 es velado en el colegio Abel Bravo, su alma mater, y luego en la Iglesia Virgen del Carmen.
Una ola de indignación y rechazo al régimen se generalizó. La ciudad se estremeció. El día 6 de junio una marcha de estudiantes sale a las calles a exigir el esclarecimiento del crimen y castigo a los culpables perfectamente identificados: “a los muchachos se la fue la mano”, confiesa el director del DENI en Colón justificando la atrocidad de sus subalternos.
Pero no es cualquier mártir. Miembro de la Federación de Estudiantes de Panamá, hermano del secretario general de la misma y militante del Partido Comunista de Panamá (Partido del Pueblo) Navas es la expresión más pura del movimiento popular panameño en general y de la provincia de Colón en particular.
Desesperadas las tropas de la guardia nacional atacan a los manifestantes dejando un saldo de tres nuevos héroes: Los estudiantes Carlos Mathews, Elvira Miranda y la niña Damaris Gallardo.
La ciudad de Colón es tomada por el pueblo. A los señores del poder y sus patrones externos se les escapa la situación de las manos y amenaza con extenderse a todo el país.
La más infame y perversa trama policial inicia. Ante los hechos la CIA aconseja culpar del crimen a las personas más allegadas al mártir, sus compañeros ideológicos: Félix Esteban Dixon, Rolando Sterling y Luis Navas Pájaro. Para tal fin utiliza a un judas llorón que le sirve para ocultar a los verdaderos asesinos del mártir.
Dos años después los compañeros Dixon y Sterling fueron llevados a juicio por un régimen corrupto, represor y servil que no duraría mucho.
La presión popular les devolvió la libertad a Dixon y Sterling.
Para quienes no lo vivieron o para otros que no quieren recordarlo están los hechos que ya son historia.
Hacer memoria sobre el largo trecho que siguió a los acontecimientos del 9 de enero de 1964 y de todas las luchas por alcanzar un país justo, equitativo, digno y soberano es un deber irrenunciable que cumplimos por nuestra patria con plena conciencia y que por encima de cualquier vileza y mezquindad siempre la verdad nos alumbrará.
Fuentes:
http://www.orientacion-y-lucha.org/secciones/noticias/comunicados/opinion/2013/junio/Colon-ardia-Aquel-fatidico-junio-del-1966.php
http://www.panamaamerica.com.pa/content/6-de-junio-de-1966-sublevaci%C3%B3n
Somos la solución al marketing digital para sindicatos ¡Consultanos hoy mismo! www.monagrillo.net