Doce países firmaron Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP)

Doce países firmaron en Nueva Zelanda el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), que creará la mayor área de libre comercio del mundo, en medio de protestas callejeras y un mensaje conciliador hacia China. El movimiento sindical internacional se opone al TPP.

El TPP, que según Forbes México moverá ganancias netas estimadas en $295 billones de dólares anuales, representa el 40% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, y fue suscrito por los ministros y representantes de Estados Unidos, Japón, Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Perú, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.

De acuerdo con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el Acuerdo Transpacífico permitirá eliminar hasta 18,000 impuestos que se aplican a exportaciones de Estados Unidos y fortalecerá la marca “Hecho en Estados Unidos”.

El primer ministro neozelandés y anfitrión, el liberal John Key, destacó durante la ceremonia celebrada en Auckland que el acuerdo refleja la confianza de los firmantes “en que la apertura y la integración de los mercados e inversiones propiciará la prosperidad de nuestros pueblos”.

La firma del TPP abre un proceso de dos años para que cada miembro lo ratifique individualmente y se necesitará, para que entre en vigor, que lo ratifiquen al menos seis de los firmantes originales, que representan el 85 por ciento del PIB combinado del bloque.

Los gobiernos de Nueva Zelanda y Australia presentarán la semana próxima el acuerdo a sus respectivos parlamentos, y en los próximos meses esperan hacerlo México, Perú y Chile.

Las autoridades de Malasia y Brunéi no necesitan pasar por el Legislativo para la ratificación; mientras que el nuevo Gobierno de Canadá tiene previsto, en cumplimiento de una promesa electoral, someter el tratado a un plebiscito antes de acudir al Parlamento.

El representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Michael Froman, confió en contar con el apoyo del Congreso de su país, que este año celebra elecciones, porque, según dijo, supone “grandes beneficios para la economía estadounidense, con un cálculo de 130,000 millones de dólares anuales de crecimiento del PIB”. Según Froman, “el TPP no se dirige contra un país en particular, sino hacia el establecimiento de estándares más altos para la región. Estamos vinculados a China, como todos los países de la región y es importante tener una relación económica constructiva con ellos”.

El TPP, que representa a 800 millones de habitantes, es visto por algunos analistas como una medida que contribuirá a contrarrestar el poderío económico de China en el Pacífico.

El Ministerio de Comercio chino reaccionó ayer a la firma con palabras de apoyo al proceso de apertura del comercio y la inversión en la región y mostró su interés en el pacto. Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Tailandia, Colombia y Uruguay son otras naciones que han mostrado interés en el convenio.

La satisfacción expresada por los firmantes contrastó con las protestas que se organizaron en las calles de Auckland y que se unen a otras celebradas la víspera y otros días en diferentes ciudades de Latinoamérica. “Si la injusticia es la ley, la rebelión es nuestro deber”, decía una de las pancartas que portaban cientos de manifestantes en Nueva Zelanda y que eran vigilados de cerca por un fuerte dispositivo de antidisturbios.

El TPP ha sido criticado por el secretismo que han rodeado las conversaciones que comenzaron hace cinco años y porque amenaza, según ONG y centrales sindicales, los derechos laborales, el acceso a los medicamentos y el medio ambiente.

fuente: observatorio AC-EU

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