Rubén D. Sousa Batista
Coordinador General
Presidium del Partido Del Pueblo
Los intereses financieros que dirigen a nuestro país, son impulsados por la codicia de hacer monumentales negocios con nuestro
patrimonio nacional y concentrar en proporciones nunca antes vistas sus riquezas. Para eso echan mano a las formas políticas
autocráticas de poder, al chantaje a la oposición, a la subestimación de la opinión pública, y a la burla y desprecio por las
demandas de las masas.
Nuestro país está siendo sacudido en estos días por una serie de desastres con la Salud Pública, la circulación vehícular, el tránsito traumático de pasajeros, la ineficiencia de los servicios públicos, el desorden de la administración pública, la ofensiva fiscal para elevar el ingreso de la admninistración, que agrava la desestabilización social y la criminalidad, que se intensifica con nuevas técnicas y formas de organización.
Esta situación, lejos de ser casual, tiene su causa inmediata en la orientación programática de la “Alianza del Cambio” (Cambio Democrático-Panameñismo) en el poder.
Esta alianza representa en esencia los intereses de la nueva oligarquía financiera, empeñada en someter a nuestra sociedad a una economía de mercado despiadada, a la dictadura del capital rentista y especulador, todo lo cual conduce a la agresiva pauperización general del pueblo panameño, a una mayor desigualdad y exclusión sociales. Son estos mismos intereses los que se han propuesto incrementar la entrega de las riquezas naturales a la voracidad de las grandes corporaciones extranjeras, las cuales están urgidas por adueñarse de nuestro potencial minero, marítimo, ecológico, turístico y todo lo ligado a nuestra ubicación geográfico-estratégica. Los intereses financieros que dirigen a nuestro país, son impulsados por la codicia de hacer monumentales negocios con nuestro patrimonio nacional y concentrar en proporciones nunca antes vistas sus riquezas. Para eso echan mano a las formas políticas autocráticas de poder, al chantaje a la oposición, a la subestimación de la opinión pública, y a la burla y desprecio por las demandas de las masas. Parejo a esta orientación reaccionaria, el Gobierno derechista, como auténtico representante de tales intereses se empeña en incrementar su sumisión a los emperadores de Washington y su estrategia de Seguridad Nacional, que en el fondo es un programa de contrainsurgencia destinado a frenar el descontento, la desobediencia y la rebeldía de los pueblos que ya no resisten más. Junto a este propósito represivo se impone la militarización destinada a crear cuerpos represivos que aplasten cualquier resistencia popular bajo la dirección directa del Comando Sur y de los organismos de inteligencia yanquis e israelíes. Los voceros del actual Gobierno y sus “gurús”, ante todas estas contradicciones (entre lo que son sus deseos y lo que es la realidad), se ufanan en hacer ver que la bonanza económica panameña es una excepción creada por el genio gerencial de la dirigencia capitalista del país. Con ello se pretende ocultar la bancarrota a la cual conducen al país e insensibilizar al pueblo ante el abismo al cual nos llevan. Por otra parte, igual que el avestruz, para protegerse del terror que sienten, pretenden negar que el modelo económico y político panameño es parte de la estructura del sistema capitalista mundial y que la crisis global es la esencia del orden establecido en Panamá, administrado por esos intereses financieros. La crisis global del capitalismo tiene su expresión en Panamá dentro de la singularidad panameña y su efecto pernicioso y destructivo se dará hoy o mañana, pero se dará, porque somos parte de este sistema. Además, hay un factor agravante como es la dependencia extrema de nuestra economía a los intereses yanquis y nuestra integración al sistema monetario norteamericano. Realmente es un crimen poner a nuestro pueblo de espaldas al desastre que se nos viene encima, utilizando la apología del mercado. La burguesia financiera que hoy dirige a Panamá se ha propuesto levantar un castillo en las faldas de un volcán en erupción. Son intereses que han perdido la perspectiva del desarrollo social contemporáneo, sus nuevos contenidos y nos conducen con su ejercicio de su poder extemporáneo, a la catastrofe.
El pueblo panameño, que es víctima de esta crisis estructural del sistema capitalista, que sufre la codicia y aberraciones de las élites políticas y administrativas que gobiernan, está reaccionando progresivamente en el contexto de la desestabilización social que sacude al mundo, en Europa, en Africa, en Asia, en el Medio Oriente, en Norteamérica, y en el entorno más inmediato en América Latina y el Caribe; e indudablemente, expresará su respuesta transformadora, tan pronto se formalice el liderazgo necesario que ya se integra.
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el analisis es franco, profundo y orientador, el problema sigue siendo el liderazgo, quien lo tiene, o dice tenerlo, se construye, nace, se forma, yo espero que con la contribucion militante de todos los sectores logremos ese objetivo,hay que ir a la formacion de un gran movimiento, llamese Frente ,coordinadora, no se que pero que la hagamos.